Santiago. Los planes de producir energía con plantas recicladoras en el Ecoparque de Rafey están rezagados y solo una parte mínima de los desechos sólidos que produce la ciudad son aprovechados.A pesar de que a diario son recogidos y llevados al relleno sanitario entre 900 y 1,050 toneladas de basura, solo el 5% es reciclado. Este Ecoparque fue inaugurado en abril del año 2010, con una inversión de 700 millones de pesos.
De este receptor de desperdicios dependen 900 buzos, pero solo 523 están registrados formalmente, otros 325 no están reconocidos por la asociación que los agrupa y el resto es desconocido.
El director del Ecoparque de Rafey, Nelson Carela, dijo a elCaribe que trabajan en el levantamiento topográfico y estudio de suelo, para producir energía con desechos sólidos. Con Carela, laboran otras 32 personas, entre policías municipales, efectivos del Ejército Nacional y el personal de operaciones.
Lo bueno y lo malo
De acuerdo con Nelson Carela, uno de los puntos positivos es que han logrado mantener controlada la humareda, sin embargo, hace solo tres días hubo un incendio provocado por buzos que operan un vertederos clandestinos, próximo al Ecoparque. En este relleno sanitario hay varias empresas que compran el material reciclado, que van desde plástico, vidrios, cartones. Actualmente, en el entorno operan ocho empresas de reciclaje que han venido a mejorar las condiciones de vida de los buzos dominicanos y haitianos.
En agosto del 2011, el alcalde Gilberto Serulle firmó un contrato con una empresa de capital mixto para reciclar la basura y producir energía eléctrica a partir de los desechos sólidos y obtener beneficios por 45 millones de pesos mensuales. La licitación favoreció a la empresa Green Weels Rene, de capital domínico- estadounidense y fue aprobada por la Sala Capitular.
Planes para funcionar no han sido completados
El día seis de mayo del 2011, la Cámara de Comercio y Producción de Santiago, la alcaldía y la Xunta de Galicia, de España dejaron inaugurado un centro de servicios que es manejado por los buzos, que pasaron a ser recicladores. Aunque parte del plan era ayudar a 2,500 personas, en los barrios levantados alrededor de la zona, el proceso no ha sido completado.
