Sin dudas, durante los últimos años el ballet ha tomado una fuerza increíble en nuestro país. Al parecer los espectáculos clásicos están “de moda”. Más presentaciones de carácter internacional, mejores producciones, un público más interesado, valga la aclaración, y lo mejor de todo, precios asequibles, para que no haya excusas.
En esta oportunidad, el mes de julio marcó una nueva etapa en la danza dominicana con la presentación de la V Gala de Estrellas de la Danza Mundial. Este año celebró su quinto aniversario, por lo que su productora, la experimentada Mónika Despradel, quiso celebrarlo con la participación de reputados artistas nacionales e internacionales.
El pasado viernes 8 y sábado 9, la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, sirvió de escenario para esta gala, que en esta edición tuvo un carácter benéfico, ya que los recursos generados serán destinados a la Fundación Nido para Ángeles, que desde 2007 trabaja a favor de los niños con parálisis cerebral, condición irreversible que afecta las funciones del cerebro en sus diferentes tipos: motoras o intelectuales.
El público allí presente, desde los más pequeños hasta los más adultos de la casa, fueron testigos de una noche diseñada por el talento, la belleza y el buen arte, que en esta ocasión se fusionaron para obtener como resultado un exquisito programa donde el buen gusto y la calidad estuvieron presente en todo momento. En otras palabras, fueron los protagonistas de la noche.
La gala inició con la participación de Iana Salenko, primera bailarina de la Ópera de Berlín, y Rolando Sarabia, ganador del mayor premio que se otorga en la danza: el «Benois de la Danse». Por primera vez estuvieron juntos en escena, para lo cual interpretaron una coreografía del reconocido maestro francés de la danza internacional Petipá, con música del genio Tchaikowski.
Roberta Marquez y Steven McRae, primeros bailarines del Royal Ballet de Londres, ambos de las estrellas más importantes de toda Europa, también estuvieron compartiendo sus dotes con el público dominicano.
Como parte de la nueva generación cubana, desde el Ballet Nacional de Cuba estuvieron presentes Sadaise Arencibia y Alejandro Virelles, quienes, a pesar de su juventud, demostraron una vez más que la edad no tiene límites.
La gala contó también con la participación de la estadounidense Bridget Breiner, primera bailarina del Stuttgart Ballet, quien cautivó a todos con una presentación contemporánea inesperada por muchos, pero bastante acertada y aplaudida por todos.
Los anfitriones. El Ballet Nacional Dominicano bajo la dirección de Marinella Sallent, también tuvo su espacio. Lisbell Piedra, Ariadna Roblejo, María Valeria Melogno y Maykel Acosta, fueron los bailarines seleccionados para interpretar “Mi fuerza interior”, bajo una coreografía de Elizabeth Crooke y música de Bienvenido Bustamante.
Una gala única e inolvidable. Los dominicanos tuvieron la oportunidad de apreciar varias coreografías de maestros de la danza internacional, las cuales gozan de un gran prestigio a nivel mundial. Dentro de ellas caben destacar los clásicos: Don Quijote Pax de Deux y el White Swan Pax de Deux, interpretados por Iana Salenko y Rolando Sarabia. El Gran Pas Classique por Sadaise Arancibia y Alejandro Virelles y el Royal Ballet Manon, bailado por Roberta Marquez y Steven McRae.
Lo contemporáneo también tuvo su espacio. Muestra de ello fue la presentación del Ballet Nacional Dominicano y de la norteamericana Bridget Breiner; ambas presentaciones cargadas de sentimientos.
El dominio de la técnica clásica y contemporánea por parte de los bailarines invitados dio como resultado que el público disfrutará de ambos estilos en un espectáculo que no tiene nada que envidiar a cualquier escenario internacional. En definitiva, danza de alto nivel.
