Los expertos en nutrición recomiendan ingerir diariamente, como máximo, 30% de las calorías en forma de grasas y de éstas no más de 10% del tipo de grasa saturada. Para lograr este balance debemos reducir el consumo de carne roja y otros productos como las frituras, comidas rápidas y aceites hidrogenados (grasas trans). Las grasas “trans” son ácidos grasos insaturados que al someterlos a altas temperaturas en los hornos industriales se convierten en grasas hidrogenadas que se solidifican a la temperatura ambiental (manteca y margarinas).
Estas grasas aumentan el colesterol malo (LDL) y bajan el bueno (HDL), son dañinas a los tejidos. Debemos fijarnos en las etiquetas de los alimentos que están supuestos a especificar el contenido de grasa trans, hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas. La FDA permite a los fabricantes declarar grasas trans “Og.” si el contenido de estas es inferior a 5 gramos por porción. Elija alimentos ricos en Omega 3 que es un ácido graso que evita que la grasa se adhiera a las paredes arteriales y precipite la formación de coágulos. La Omega 3 también baja los triglicéridos y tiene una acción antiinflamatoria. Hay 3 tipos de Omega: 3,6 y 9, pero se recomienda ingerir una mayor proporción de Omega 3. El atún, el salmón, la albacora, la sardina, la caballa y otros pescados de agua fría, de piel azul u obscura, son ricos en Omega 3 y debe dárseles preferencia al elegir el tipo de grasa saludable.
Muchas personas consumen “queso crema” bajo la creencia de que éste es bajo en grasa saturada; pero precisamente, todos los quesos se confeccionan a base de la crema, que es una grasa saturada contenida en la leche.
La Omega 3 también baja los triglicéridos y tiene una acción antiinflamatoria”.
