Saint Petersburg, Tampa, Florida.- Antes de ofrecer la clase de espectáculo ofensivo que siempre se le pronosticó cuando era novato, Edwin Encarnación era un pelotero con mucho talento, pero sin la disposición necesaria para trabajar sin contar las horas.
No era vagancia. Simplemente no daba el extra que separa a los buenos de los regulares. No se dedicaba a los aspectos esenciales que en 2012 cultivó.
Consejos de Albert Pujols y una llamada de Robinson Canó le hicieron despertar.
El resultado: la mejor campaña de su carrera en las Grandes Ligas.
“Por primera vez le dediqué mucho tiempo a mi cuerpo”, dice Encarnación a elCaribe. “Yo me descuidé mucho. Lo admito. Me puse gordo, eché demasiadas libras. Yo tenía más de 230 libras sin control y eso me afectaba”.
“Pero me llegó una alarma el año pasado. Me di cuenta que debía cambiar o mi carrera se iba a cambiar temprano. Hablé con (Robinson) Canó y entrenamos juntos. Me dio unos consejos tremendos y conseguí un entrenador que me cambió por completo y gracias a Dios aquí estamos con una gran temporada”, agrega.
A Encarnación le dio mucho trabajo adaptarse a la dieta que le impuso el fisioterapeuta Frank Javier.
“Frank me quitó todo lo que daba grasa. No fue fácil. Un hombre loco con el arroz y me lo quitaron casi por completo, pero fue lo mejor, porque cuidé mi cuerpo como era y lo mejor es que me siento como nunca”, revela.
El designado de Toronto nunca había pegado 30 jonrones en una campaña y resulta que va por 42 con 107 empujadas (anoche dio jonrón en su primer turno).
“Nunca pensé que daría 40. Ni me lo imaginé. Este año todo ha sido una bendición. En eso del bateo le debo mucho a Albert Pujols, porque trabajé con él en La Romana y me ayudó mucho. Pujols es un ser humano tremendo que me ha ayudado desde que era novato en Cincinnati y él estaba en San Luis”, dice.
Encarnación recibió una extensión de contrato por tres temporadas y 29 millones de dólares que corre a partir de 2013. Los Azulejos tienen una opción por 10 millones de dólares para 2016.
Pero no todo fue color rosa. Entre 2010 y 2011, el jugador nativo de La Romana que estudió la secundaria en Puerto Rico vivió momentos amargos.
“Me llegué a quedar sin trabajo en un momento. Me quedé libre, Oakland me reclamó, fui a las menores. Muchas cosas negativas que me pusieron a pensar cosas como que no me quedaba mucho en la pelota. Pero gracias a Dios llegó el cambio, trabajé bien, pero bien fuerte y ahora entiendo cosas que antes no hacía”, comenta.
“Yo sabía que debía poner de mi parte para evitar lesiones y estar más tiempo activo. Había miedo en mí por varias cosas y esto es un negocio. Nadie quiere perder”, señala el mejor pelotero ofensivo de Toronto en la campaña que termina la venidera semana.
Jugar con Águilas y en el Clásico Mundial de 2013
Edwin es oriundo de La Romana, pero se considera un “aguilucho” de pies a cabeza. Santiago de los Caballeros es la ciudad en la que aprendió bastante.
“Me hice hombre con las Águilas en Santiago. Recuerdo como ahora cuando llegué a la ciudad con mi mochila y me iba al estadio en transporte público.
Era una experiencia nueva para mí. Además, aprendí mucho de caballos como Tony Batista y Miguel Tejada, que siempre han aconsejado a los peloteros jóvenes. Casi no jugaba en principio, pero luego tuve mi oportunidad y llegué a celebrar (campeonatos)”, dice.
“He conocido gente muy buena, que me han dado tremendos consejos con las Águilas. Tony Peña es una persona que me ha ayudado mucho. La fanaticada es especial, los compañeros, la armonía que se vive en el equipo”, añade.
Encarnación espera jugar en el venidero torneo y también ir al Clásico Mundial de 2013.
“Pediré permiso a la gerencia. Cuando uno recibe un contrato las cosas cambian. Gracias a Dios no tengo problemas graves de lesiones, pero aun así la última palabra la tiene Toronto. Espero queme dejen jugar porque deseo ir al Clásico. Nosotros tenemos talento para ganar ese torneo y sería un orgullo vestir el uniforme dominicano”, señala.
