Entre la hipocresía europea y el silencio dominicano

La clase política de la Unión Europea está colocada contra las cuerdas por la crisis de los refugiados sirios. Crisis que cierra un ciclo que comenzó en el 2009, cuando, según Roland Dumas, antiguo ministro francés de exteriores, en ciertas…

La clase política de la Unión Europea está colocada contra las cuerdas por la crisis de los refugiados sirios. Crisis que cierra un ciclo que comenzó en el 2009, cuando, según Roland Dumas, antiguo ministro francés de exteriores, en ciertas capitales occidentales se urdieron planes para extender la “primavera” árabe a Siria, y derrocar a Bachar al Assad, sin medir las consecuencias de semejante derrotero. De acuerdo a la narrativa occidental, la intervención solapada, por parte de gobiernos occidentales y de sus aliados “democráticos” de Oriente Medio, se justificó por la brutal represión de Al Assad a las manifestaciones callejeras, ocurridas en el 2011.

Dicha injerencia produjo un caos y un verdadero matadero, que le ha costado la vida a 250,000 personas, y que ha desplazado más de 10 millones de sirios dentro y fuera de su territorio. Sin embargo, dichas cifras no revelan la barbarie desencadenada por este conflicto: personas aniquiladas con armas químicas; la escenificación de degollamientos de prisioneros subidos a las redes; ciudades enteras reducidas a escombros; el 50 % de los hospitales destruidos, en ocasiones, con los médicos, enfermeras y pacientes adentro, un detalle sin importancia ante el afán por destruir.

Otro resultado ha sido la prolongación del conflicto, pues las llamadas “guerra de peones,” instigadas por poderes desde afuera, donde la destrucción y los muertos los ponen otros, siempre se perpetúan. Y esta interminable destrucción ha llevado a las costas europeas a cientos de miles de refugiados. Viejos, mujeres, adolescentes, niños, cuyos rostros atestiguan el sufrimiento y la agonía de una inacabable tragedia.

Entonces Europa sintió las consecuencias del caos, propiciado por países poderosos, algunos europeos. Entonces, y solo entonces, se hizo urgente buscar una solución pacífica al degolladero sirio. Y cuando llegó el momento de repartirse los refugiados de ese matadero, quedó evidenciado que no los querían. ¡No los quieren! Solo Ángela Merkel demostró la obligada sensibilidad frente a vidas destrozadas por ese conflicto. ¡Pero, se quedó sola! Y la Unión Europea se decantó por un acuerdo de pagar dinero, para zafarse de 760,000 refugiados indeseados. Y es que en situaciones extremas los hombres nos quitamos las caretas, y revelamos lo que somos. Muchos líderes europeos mostraron que sus argumentos humanistas son astucias, para disimular sus fríos intereses políticos.

Nos resulta inadmisible, pues, que la Unión Europea se dedique a publicitar por las capitales europeas un documental, que financió, para denunciar el trato que los dominicanos le brindamos a los “domínico-haitianos.” Una verdadera promoción anti-dominicana, donde pretenden asumir el nivel moral que no exhiben frente a la tragedia que, aunque parcialmente, desataron en Siria. Resulta fácil colocarse la careta de la ética, a costa de los dominicanos. Somos un blanco fácil, pues la reacción de todos nuestros líderes será el silencio. Y el que calla, otorga. 

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas