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Irnos a dormir con la agenda del día siguiente retumbando en la cabeza puede afectar el sueno. He logrado prevenir ese indeseable estado anotando los asuntos pendientes. Todos los días antes de acostarme dejo elaborada mi lista de asuntos de agenda y he notado su buen efecto. El listado escrito de las tareas descarga al cerebro de preocupaciones de olvidos, lo que lo pone en condiciones de “apagarse” y asegurar el pleno reposo. Esta testimonial experiencia está en consonancia con investigaciones que recomiendan poner por escrito los problemas o mortificaciones. Se atribuye a la acción probada eficacia para calmarnos y manejarlos mejor. “Terapia” personal y gratuita contra presiones u ofuscación. Hacerlo diario, por 20 minutos al menos.