Ese huevo quiere sal

El presidente Danilo Medina ha dado declaraciones sobre la gran carga que significa el pago del servicio de la deuda, hecho ampliamente conocido y debatido por economistas y algunos sectores de la sociedad y al que los gobiernos del PLD no habían…

El presidente Danilo Medina ha dado declaraciones sobre la gran carga que significa el pago del servicio de la deuda, hecho ampliamente conocido y debatido por economistas y algunos sectores de la sociedad y al que los gobiernos del PLD no habían prestado nunca atención, argumentando que nuestro nivel de endeudamiento era uno de los más bajos de la región.

Aunque con estas declaraciones intentó justificar las limitaciones que tiene para las inversiones públicas que quisiera hacer el Gobierno, al mismo tiempo admitió que el Gobierno ha tenido que utilizar fondos del Presupuesto para el pago de parte de la deuda que tenía que hacerse en el primer trimestre del año, dado que no han podido colocar la emisión de bonos soberanos prevista a estos fines.

A pesar de lo que irresponsablemente dicen agencias calificadoras de riesgos y organismos financieros internacionales, que parecen no haber aprendido la lección del estrepitoso fracaso que tuvieron con Grecia, la situación de la deuda de nuestro país es preocupante, precisamente porque el porcentaje de los ingresos fiscales que está comprometido para su pago es muy alto, casi un 50%, lo que naturalmente restringe las posibilidades de inversión en áreas importantes.

Lo más penoso es cuando analizamos para qué nos hemos endeudado: para financiar obras que han sido efectuadas con sobrecostos que han ido a alimentar los bolsillos de políticos sin que haya habido consecuencias, algunas de las cuales no debieron ser llevadas a cabo por su excesivo costo frente a otras soluciones como el Metro y, peor aún, para financiar el presupuesto de la nación que es cada vez más alto y menos racional.

En España se denuncia en medio de la severa crisis que vive, los sobrecostos de obras públicas para proyectos deficientes por prisas políticas y corrupción, habiendo iniciado el fiscal del Tribunal de Cuentas de dicho país una investigación sobre los sobrecostos en la construcción de tramos del tren de alta velocidad (AVE) Madrid/Barcelona.

Pero no nos hagamos ilusiones, las declaraciones del Presidente y la de su fiel ministro Administrativo quien ha dicho que su gobierno tiene gran preocupación por “los elevados niveles de la deuda pública”, señalando que la forma de enfrentar esa situación “es tomando más préstamos y, por tanto, pagando más deudas”, aunque admite que la deuda ha desbordado “la cantidad del pueblo dominicano”; no significan que habrá un cambio de modelo, ni que se racionalizará y transparentará el tema de la deuda, investigando por ejemplo los sobrecostos de obras realizadas con financiamiento público.

No nos dejemos engañar otra vez, haciéndole el juego a estas declaraciones. El Gobierno, al igual que el huevo, lo que quiere es sal, y está buscando crear la zapata para poder desdecirse de una promesa de que no realizaría otra reforma tributaria, ante la presión que siente en hacerla, pues se aproxima la mitad del período y son muchas las obras que se quieren ejecutar, pero sobre todo se avecina la víspera de las elecciones del 2016, para lo que este gobierno al igual que lo hicieron otros, quiere tener las manos llenas para conquistar votos. Ojalá no caigamos nuevamente en la trampa. 

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