Estilo singular del Palacio Nacional

Lejos de ser conocido por su fastuosidad como el de Buckingham, en Londres o el de Versalles en Francia, el Palacio Nacional, inaugurado el 16 de agosto del año 1947, se yergue, sin embargo, como un monumento protagonista de acontecimientos esenciales&#8

Lejos de ser conocido por su fastuosidad como el de Buckingham, en Londres o el de Versalles en Francia, el Palacio Nacional, inaugurado el 16 de agosto del año 1947, se yergue, sin embargo, como un monumento protagonista de acontecimientos esenciales de la historia dominicana que, dentro de su sobriedad, ostenta una elegancia singular que lo convierte en una joya arquitectónica símbolo de una época.

Los trabajos de construcción del “Palacio del Ejecutivo”, como se le denominó en los tiempos de su inauguración, se iniciaron por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, el 27 de febrero de 1944 en ocasión de celebrarse el primer centenario de la República, aunque fue en 1939 cuando el arquitecto italiano Guido D’ Alessandro inició la elaboración de los planos de la sofisticada estructura, cuyo costo ascendió en ese entonces a unos cinco millones de pesos, sin incluir el mobiliario ni el terreno en que está ubicado, el cual fue donado.

Erigido en un solar de 25,000 metros cuadrados y ubicado en las proximidades del Centro Histórico de la ciudad de Santo Domingo, entre los sectores Gazcue y San Carlos, el Palacio Nacional es un edificio de 18,000 metros cuadrados, de carácter ecléctico, totalmente multi-estilístico, con marcada influencia neo-clasicista, de uniformidad estética y geometría de volúmenes predominantemente en ángulo recto, según reseña el historiador José Chez Checo en su libro “El Palacio Nacional: 50 años de historia y arquitectura”.

El Palacio Presidencial consta de tres niveles. La entrada principal está formada por cuatro puertas de doble hoja en caoba. Está enfatizada por un vestíbulo exterior que avanza hacia el Sur, dejando una fachada engalanada por altos relieves y sostenido por columnatas de doble altura. Posee una doble escalinata de mármol, flanqueada por dos imponentes leones esculpidos en bronce, que conduce al vestíbulo principal trabajado en doble altura, el cual continúa hacia arriba, a un tercer nivel, por una escalera imperial formando un piso intermedio. Al fondo del vestíbulo, hay un mural realizado por el pintor catalán Aurelio Oller Croisiet en 1957, que representa la llegada de Cristóbal Colón a la isla, en su tercer viaje.

Al centro del vestíbulo hay un coronamiento en cúpula sobre un tambor cuadrangular y todas las fachadas aparecen perforadas rítmicamente por una profusión de ventanales y puertas estilizadas que aligeran la masividad de su formalismo neoclasicista. La cúpula, de 18 metros de diámetro y 34 metros de altura, tiene una bóveda que posee ocho claraboyas y molduras apaneladas. De su centro sale una enorme lámpara del estilo renacentista sostenida por una cadena de 17 metros de largo en bronce y cristal, con 80 luminarias tipo velas.
Los interiores se caracterizan por la influencia de diversos estilos de diferentes épocas, como son el victoriano, el neoclasicismo y renacimiento italianos, el barroco grecorromano y el francés Luis XVI.

Otra característica es la utilización de una diversidad de materiales tanto nacionales como extranjeros dentro de los que se encuentran el mármol y la caoba centenaria. Los pisos del Palacio son de mármol en tonos gris claro, negro y crema. En el primer nivel se alojan oficinas de servicios generales, como mantenimiento, compras, suministro, transportación, archivo, seguridad y prensa, entre otros.

En el segundo nivel se encuentran la entrada y el vestíbulo principal, el Salón del Consejo de Gobierno y los despachos del Presidente en el ala izquierda, y la Vicepresidenta, en el ala derecha. Además, están ubicados allí los despachos de los ministros de la Presidencia, Administrativo de la Presidencia, Economía, la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo y otros funcionarios de menor jerarquía como ministros sin cartera y asesores del Poder Ejecutivo en diferentes materias.

El tercer nivel alberga cinco de los seis salones de recepciones, así como las áreas privadas del Presidente.

En los salones se pone de manifiesto el eclecticismo predominante de la estructura por la decoración de cada uno de esos espacios, teniendo cada uno sus propios rasgos distintivos.

En la decoración y ornamentación de los diferentes salones se utilizaron materiales como bronce, hierro, yeso y acero, según describe Chez Checo en el libro “El Palacio Nacional: 50 años de historia y arquitectura”.

Características de cada salón

El Salón de Las Cariátides o de Los Espejos es el más grande de todos. Es destinado para las grandes recepciones, fiestas y otras actividades sociales.

Recibe su nombre por las figuras femeninas o cariátides de mármol (24 en total) colocadas en ambos lados de las puertas. Las estatuas hacen las veces de columnas y cada una tiene al lado un espejo, enmarcados en caoba con terminación de pan de oro de 24 quilates. El diseño del cielo raso está compuesto por paneles geométricos y vitrales y rosetones de donde salen lámparas suntuosas inspiradas de los grandes palacios neoclásicos.

El Salón de Embajadores es un espacio donde el Jefe del Gobierno recibe las cartas credenciales del cuerpo diplomático. Se destaca por sus líneas neoclásicas y su diseño de estilo victoriano.

Ubicado en el ala oeste de la tercera planta, el Salón Verde es utilizado en pequeñas recepciones, cocteles y como complemento en las grandes actividades que se realizan en el Salón Las Cariátides, pues se comunican directamente por su ala sur. Aunque está pintado con colores claros e intermedios, el verde es el que rige. Mientras que el Salón Bar o Salón de las Caobas tiene una gran mesa tallada con motivos florales, sillas, sillones y banquetas típicas del siglo XVI. Está ubicado en el ala noroeste con terrazas con vista a la calle Doctor Delgado. 

Remodelaciones y remozamiento

Luego de ser inaugurado el Palacio Nacional en el 1947, a la edificación con el paso del tiempo las autoridades le han hecho una serie de remodelaciones tanto en sus exteriores como en sus interiores. De acuerdo con la publicación de Chez Checo, uno de esos trabajos se efectuó durante el gobierno de Antonio Guzmán (1978-1982), siendo el área de los jardines la que sufrió una mayor transformación, pues fueron removidas la mayoría de las plantas de origen extranjero y fueron sembradas especies nativas. En la segunda etapa de los gobiernos de Joaquín Balaguer el Palacio también fue rehabilitado. Los techos fueron impermeabilizados para corregir filtraciones, algunos pisos de roble fueron sustituidos y algunos de los espacios interiores fueron pintados. En el año 1997, al cumplir 50 años de su construcción, el Palacio Nacional fue reinaugurado durante el primer mandato del presidente Leonel Fernández, quien había ordenado su reconstrucción por las señales de deterioro que presentaba. Los trabajos estuvieron a cargo del ingeniero Diandino Peña, a un costo de más de 20 millones de pesos.

Influencias
Una obra que, a juicio de José Chez Checo, conceptualmente se inserta en medio del Caribe cultural, multirracial, étnico y lingüístico”.

Detalle
El Salón Bar o Salón de las Caobas tiene una gran mesa tallada con motivos florales, sillas, sillones y banquetas típicas del siglo XVI”.

Majestuosidad
El Comedor Principal es utilizado para ocasiones especiales. Tiene una mesa para 24 personas, un sillón presidencial y tres sillones especiales”.

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