Estrategias para enseñanza de valores (1 de 2)

Parecería que la enseñanza de valores es una tarea fácil, comparada con los demás contenidos de un curriculum o programa educativo. Esa aparente facilidad se expresa en el poco tiempo que se le asigna en las planificaciones o a cuáles…

Parecería que la enseñanza de valores es una tarea fácil, comparada con los demás contenidos de un curriculum o programa educativo.

Esa aparente facilidad se expresa en el poco tiempo que se le asigna en las planificaciones o a cuáles profesores se les endosa esta función.

Resulta que no. Es un proceso complejo que nos atañe a todos, docentes y personal del centro educativo, en un armonioso acuerdo con el sistema familiar.

Es este el ejercicio que pretendemos hacer hoy: cómo desarrollamos ese proceso.

Se trata de tener claro cuáles son esos valores que queremos transmitir o propiciar; cuál es la importancia que le damos para que se  mantengan a lo largo de la vida. Se trata de actitudes que debemos lograr con sus tres componentes: cognitivo, emocional y conductual.

O sea, deben ser entendidos, creídos e internalizados; deben provocar un sentimiento que nos lleve a actuar en consecuencia en todos los contextos donde nos desenvolvemos.

A través de ellos pretendemos formar a ciudadanos conscientes de sus derechos, comprometidos con esta sociedad en el respeto a  las normas que rigen la convivencia humana y respetuosos de sus deberes.

Este complejo proceso no puede quedar reducido a actividades ocasionales, desordenadas y desarticuladas. Por el contrario, se deben programar experiencias verdaderamente significativas, que favorezcan el autoconocimiento, la reflexión, la práctica activa y consciente. Deben formar parte de los contenidos de las diferentes asignaturas y de las acciones del centro. Desde este punto de vista, sí estaremos trabajando la transversalidad en los valores.

Tiene que generarse un ambiente que favorezca la vivencia y desarrollo de éstos. Tienen que ser valores de todos, para practicarlos; no el simple contenido de una clase para memorizarlo y reproducirlo en un examen.

Tampoco pueden ser impuestos, las cuales se respetan solo en presencia de quien las dictó; yo debo creer en ellos e importantizarlos como necesarios para mi bienestar y el de quienes me rodean.

¿Cómo hacerlo? En la próxima entrega haremos una serie de sugerencias para la formación en valores desde el ámbito educativo. l

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