A pesar de que las varitas mágicas se “apagaron”, de que las escobas no volarán más y que las puertas de la escuela Hogwarts se cerraron, la magia nunca terminará. Artísticamente, la primera década del siglo XXI será recordada más que por la crisis económica, por uno de los fenómenos más impresionantes del séptimo arte y la literatura de todos los tiempos: Harry Potter.
Diez años no han sido suficientes para disfrutarla completa. Los más fanáticos lloran la pérdida y desean aún más, mientras que los no tan aprenden a convivir con ella y superan el hecho de que la cultura popular fue marcada por la invasión “Potter”. Sin embargo, la última entrega de la saga cinematográfica más importante de la historia no tarda en estrenarse, por lo menos en República Dominicana (4 de agosto). Los nervios están presentes desde las primeras imágenes de la octava cinta basada en los escritos de la británica J. K. Rowling.
Según David Yates, director de las anteriores cuatro entregas, hay muchas razones que hacen a esta saga un éxito: los libros en los que está basada, los personajes, los temas universales que trata como la lucha entre el bien y el mal, el poder del amor y la fe, el sentimiento de pérdida; asuntos que a su parecer no están retratados en Hollywood.
Sin embargo, fue todo un reto, tanto para el equipo como para el director. Yates dice que filmar en 3D fue la primera misión, pues se pensaba que no iba a funcionar, porque se quería respetar la humanidad de la historia. Pero… “el 3D es muy elegante, simple y conservador. El gran reto fue hacerlo interesante y una gran experiencia. Nunca quise distraer o perturbar a la audiencia de la historia, así que lo logramos en un buen sentido.”, confirmó el director, quien hace un balance espectacular entre la acción, las actuaciones y los elementos visuales.
A diferencia de los demás filmes, casi la totalidad de la trama se desarrolla dentro de la atmósfera turbia e inquita de la escuela Hogwarts. Esta segunda parte del último libro es la que más se apega a los textos originales, y por eso es también la más triste y penosa.
“The Deathly Hallows: Part II”, la más corta de todas las entregas, más que un final es la sucesión de un hecho cinematográfico esperado. Harry Potter no solo pasará a la historia mundial como la franquicia más poderosa del cine. Más bien será catalogada como el proyecto más importante que pudo sacar el séptimo arte del Reino Unido, que traspasó fronteras de idiomas, clase social y que se convirtió en un evento cultural entre generaciones. Y como dice el cantautor Joaquín Sabina: “Lo más triste es que cuando luego del punto final no quedan puntos suspensivos”, y eso pasa con el mago que ha cautivado a generaciones, a cual no le quedan trucos para seguir atrapando más seguidores. ¡Good Bye Potter!.
Opiniones
“El último filme tendrá un ritmo acelerado y será de guerra. Pero aprender a aceptar que ya no habrá más Potter, tomará mucho tiempo. Voy a extrañar aquellos del equipo que se han convertido en mis mejores amigos. Fue un regalo para un joven actor como yo el poder hacer algo así”.
Daniel Radcliffe
“Teníamos unas brechas de seis meses entre una película y otra. Después de que esta última terminó y pasó el tiempo y me quedé pensando a dónde iba a regresar. Y es ahí en donde empezó un proceso difícil”.
Emma Watson
“Creo que todavía me tendré que acostumbrar, terminamos hace un año y me he sentido un poco perdido. No sé qué hacer conmigo mismo porque ha sido una parte constante en mi vida. Ya los extraño a todos”.
Rupert Grint
“Estas películas están centradas en un periodo único de tiempo y será una pena tratar de continuarlos o recrearlos, porque están perfectos como están”.
David Yates
“Es mi bebé y si quiero sacarlo a jugar nuevamente, lo haré. Creo que siempre sentí que no quería volver a publicar hasta que se estrenara la última película. He estado escribiendo mucho, pero voy a volver a publicar. Para mí es un comienzo y un final”.
J.K Rowling