El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) ya montó su plan de prevención para la Navidad y fin de año. La dirección del hospital Darío Contreras llamó a los padres a orientar a sus hijos sobre el manejo temerario y el consumo excesivo de alcohol. Su advertencia tiene que ver con el alto número de emergencias, de las cuales, el 70% las protagonizan trágicamente los jóvenes.
El temor es que este problema se acreciente. El plan preventivo y la advertencia del hospital tienen mucho sentido. Las muertes por accidentes de vehículos son una epidemia global.
Según las agencias de las Naciones Unidas, los accidentes de tránsito se cobran casi 1.3 millones de vidas y provocan traumatismos a 20 y 50 millones de personas, cada año. Son la principal causa de defunción entre los jóvenes de entre 15 y 29 años. Más del 90% de las muertes y traumatismos ocurren en países de ingresos bajos y medianos.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al margen del dolor y el sufrimiento que acarrean, los accidentes de tránsito provocan pérdidas económicas para las víctimas, sus familias y el conjunto de las naciones. En gran parte de los países representan del 1% al 3% del PIB.
Nada sugiere que ese drama cambiará. Para 2020, los accidentes de tránsito causarán la muerte a cerca de 1.9 millones de personas por año.
Los organismos internacionales han identificado las causas de este problema, pero pocos países cuentan con una legislación centrada en la prevención. Está muy bien que se lance esta campaña, como todos los años. Y aspiramos que haya menos muertes.
Pero cada persona, cada familia, tiene que hacer votos y prácticas para que las celebraciones no terminen en tragedia y que los dominicanos no alimentemos las estadísticas globales.
