Evitemos el pánico

Es inevitable que compartamos algunas palabras o ideas sobre un tema que nos inquieta a todos: los temblores,  absolutamente impredecibles, que son el tema de conversación nacional.

Evitemos el pánico

Es inevitable que compartamos algunas palabras o ideas sobre un tema que nos inquieta a todos: los temblores,  absolutamente impredecibles, que…

Es inevitable que compartamos algunas palabras o ideas sobre un tema que nos inquieta a todos: los temblores,  absolutamente impredecibles, que son el tema de conversación nacional. Y que en buena medida tienen a muchas personas llenas de temor, lo que es comprensible ante fenómenos de esa naturaleza.

Frente a eventos como los que estamos viviendo, los medios asumimos una actitud moderada. Nadie quiere alarmar. Pero la tierra está temblando, y surgen informaciones que llaman la atención y preocupan. Ayer, BBC Mundo recogía un informe de un grupo de investigadores que definen como “muy probable” un gran terremoto en Tokio.

Según Associated Press, científicos del Instituto de Oceanografía de la Universidad de San Diego, California, Estados Unidos, han realizado un estudio que sugiere que la tierra podría estar entrando en una fase activa del ciclo sísmico.

En el país, la Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica ha explicado que los temblores registrados este mes se deben a las fallas sísmicas, que están activas, y que atraviesan la isla. La organización exhorta a la población a ver estos movimientos de tierra como algo normal y recomienda mantener la calma.

Anoche, el Centro de Operaciones de Emergencias se tomó la preocupación nacional en serio. Y anunció una campaña de concienciación sobre los terremotos y qué hacer ante una inesperada ocurrencia de ese tipo de fenómeno.

Lo importante es que debemos estar muy conscientes de que nada se puede hacer para evitar que la tierra tiemble. Tampoco se pueden adoptar las previsiones a que convoca, por ejemplo, la inminencia de un huracán.

Los cristianos nos agarramos de la mano de Dios. Mantenemos la calma.

Aceptamos los hechos con resignación y fortaleza y acogemos con atención las medidas de seguridad recomendadas por los expertos y las autoridades.

Debemos evitar  un estado general de histeria, aunque estemos conscientes de que cualquier cosa puede ocurrir. Mientras tanto, disfrutemos la pelota y la política.

Posted in Sin categoría

Es inevitable que compartamos algunas palabras o ideas sobre un tema que nos inquieta a todos: los temblores,  absolutamente impredecibles, que son el tema de conversación nacional.

Y que en buena medida tienen a muchas personas llenas de temor, lo que es comprensible ante fenómenos de esa naturaleza.

Frente a eventos como los que estamos viviendo, los medios asumimos una actitud moderada. Nadie quiere alarmar. Pero la tierra está temblando, y surgen informaciones que llaman la atención y preocupan. Ayer, BBC Mundo recogía un informe de un grupo de investigadores que definen como “muy probable” un gran terremoto en Tokio.

Según Asociatte Press, científicos del Instituto de Oceanografía de la Universidad de San Diego, California, Estados Unidos, han realizado un estudio que sugiere que la tierra podría estar entrando en una fase activa del ciclo sísmico.

En el país, la Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica ha explicado que los temblores registrados este mes se deben a las fallas sísmicas, que están activas, y que atraviesan la isla. La organización exhorta a la población a ver estos movimientos de la tierra como algo normal y recomienda mantener la calma.

Anoche, el Centro de Operaciones de Emergencias se tomó la preocupación nacional en serio. Y anunció una campaña de concienciación sobre los terremotos y qué hacer ante una inesperada ocurrencia de ese tipo de fenómeno.

Lo importante es que debemos estar muy conscientes de que nada se puede hacer para evitar que la tierra tiemble. Tampoco se pueden adoptar las previsiones a que convoca, por ejemplo, la inminencia de un huracán.

Los cristianos nos agarramos de la mano de Dios. Mantenemos la calma.

Aceptamos los hechos con resignación y fortaleza y acogemos con atención las medidas de seguridad recomendadas por los expertos y las autoridades.

Debemos evitar  un estado general de histeria, aunque estemos conscientes de que cualquier cosa puede ocurrir. Mientras tanto, disfrutemos la pelota y la política.

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