Excelente idea para combatir la corrupción

La disposición de crear un centro de llamadas oficial(call center) para recibir denuncias de supuestos escándalos de corrupción en las instituciones públicas, debe ser recibida con el mismo optimismo con que la sociedad dominicana ha respaldado…

La disposición de crear un centro de llamadas oficial(call center) para recibir denuncias de supuestos escándalos de corrupción en las instituciones públicas, debe ser recibida con el mismo optimismo con que la sociedad dominicana ha respaldado cada una de las acciones impulsadas por el Gobierno en aras de combatir el más mínimo asomo de cualquier tipo de indelicadezas.

De acuerdo a lo explicado por la directora de Compras y Contrataciones Públicas, Yokasta Guzmán, la idea es que este centro de llamadas funcione con un criterio estratégicamente concebido, basado en recibir quejas o denuncias anónimas de personas que entiendan que en una entidad gubernamental se está cometiendo algún acto de corrupción.

Será igualmente un canal abierto para que los propios proveedores del Estado pongan en conocimiento de las autoridades comportamientos inmorales, propio de los que asumen que los recursos públicos les pertenecen, cual propiedad adquirida en el marco de lo legalmente establecido.

Comparto las palabras de Guzmán, de que lo que se pretende es crear un mecanismo no sólo para dar respuestas efectivas al mal uso de los recursos del Estado, sino prevenir situaciones futuras de igual naturaleza que pongan en entredicho la trasparencia y el orden con que debe conducirse la cosa pública.

Y digo esto, porque la sociedad dominicana debería ver esta decisión no como una medida coyuntural por el escándalo generado en la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), dado que entonces esta iniciativa no sería sostenible en el tiempo ni proyectaría la eficacia que todos esperamos.

La idea de un centro de recepción de denuncias anónimas, directamente tutelado por la institución responsable de velar porque los procesos de contrataciones públicas estén revestidos de total transparencia, no puede morir en la inmediatez con que los dominicanos solemos ver los proyectos de gran alcance y de interés nacional.

Dije al principio de este artículo que se trata de una nueva iniciativa digna de elogio y valoración, y que se inscribe dentro de otras puestas en práctica por la presente gestión del presidente Danilo Medina, quien ha sido cónsono con su promesa de no escudar actividades ilícitas en su gobierno.

Por eso Danilo exhibe una actitud de defensa de su moral y compromiso como gobernante, siempre que sus escasos detractores han querido demeritar sus ejecutorias.

Es cierto que un centro de llamadas para que los ciudadanos denuncien situaciones de procedencia oscura no resolverá por sí solo el flagelo de la corrupción en el Estado dominicano. Pero si lo asimilamos como un aporte significativo en la lucha contra este mal, entonces podríamos decir que al menos avanzamos en la creación de nuevos mecanismos de respuestas para estar permanentemente vigilantes.

Nuestro compromiso como un Estado que desea avanzar en el fortalecimiento institucional, es mantenernos unidos ante un monstruo de mil cabezas que se llama corrupción, que compromete nuestro futuro como nación y amenaza con salpicar honras de gente que como Danilo Medina tiene el firme propósito de servir a la tarea conjunta de lograr el bienestar de todos los dominicanos.
Me siento comprometida con esta decisión, y debo expresar de forma pública mi apoyo irrestricto a todas las iniciativas que coadyuven a hacer más transparente la vida pública, el manejo adecuado de nuestras instituciones, y que permitan sancionar, con drasticidad y sin reparos, el germen de la corrupción en nuestro país. 

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