Padres de cientos de niños que estudian en la escuela Héctor J. Díaz, del populoso sector 27 de Febrero exigen del Ministerio de Educación la construcción de un plantel.
En aulas oscuras, divididas con cartones y techadas con zinc, grupos de 27 y 23 alumnos reciben clases en estrechos espacios de menos de 2 metros de largo.
Rosa Chalas, de la asociación de padres y amigos, explicó que unos 500 estudiantes reciben docencias en tres locales alquilados que no reúnen las condiciones para funcionar como escuela.
“Los niños están apiñados, porque no hay espacio ni para que los profesores se sienten. Si llueve no se da clases, porque el agua se mete por todas las filtraciones que tiene el techo. No tiene baños, y lo peor no hay iluminación”, afirmó Chalas.
Los padres temen porque en dos de los centros los techos de concreto y las paredes están agrietadas y pueden caer en cualquier momento.
