La familia tiene la última palabra para donación de órganos

Cuando una persona muere en las circunstancias que lo convierten en donante, es la familia que tiene la última palabra para tomar esta decisión.

Cuando una persona muere en las circunstancias que lo convierten en donante, es la familia que tiene la última palabra para tomar esta decisión.En el país, aunque existe una ley de donantes, no hay un procedimiento que asegure la voluntad del paciente, si quiere convertirse en donante. Sin embargo, un carnet puede expresar este deseo. Y cualquiera puede adquirirlo.

El Instituto Nacional de Coordinación de Trasplante (Incort), a través de su página web: incort.gob.do, recibe estas solicitudes para otorgar el carnet. Lo primero es llenar un formulario y  posteriormente, en contacto con esta institución, se hace llegar la tarjeta.

En todo caso, la persona que quiere convertirse en donante al momento de su muerte, debe comunicar a su familia su deseo, para que su voluntad sea respetada. “Lo ideal es informar a la familia la voluntad de ser donante, porque al momento de fallecimiento es más fácil tomar la decisión”, manifestó Fernando Morales Billini, director del Incort.

En República Dominicana no es costumbre considerar convertirse en donante. Esto, entre otras razones, es atribuido a la falta de información. Por ejemplo, las personas suelen manejar el dato de que por obtener los órganos vitales, los médicos no harán todo lo posible por salvar la vida del paciente.

Otros temores son la apariencia en que quedaría el cadáver al extraer los órganos, y la creencia de que después de un diagnóstico de muerte encefálica, o muerte cerebral, el paciente pueda despertar.

Pero el deber de un médico es salvar la vida del paciente y, además, el equipo de la unidad de cuidados intensivos es distinto al que coordina los trasplantes.

Otro asunto es que la muerte encefálica es totalmente irreversible. No hay forma de “sobrevivir”. Además, los procedimientos médicos para extraer los órganos no generan cambios en el aspecto exterior del fallecido. Un donante cadavérico, puede llegar a beneficiar hasta a ocho personas.

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