Familiares se olvidan de 108 pacientes en hospital psiquiátrico

Indolencia humana o impotencia para bregar cada día con un familiar desconectado de la realidad y que vive otra distinta dentro de su propio mundo, lo cierto es que en el Centro de Salud Mental Padre Billini, ubicado en Pedro Brand, en el kilómetro&#823

Indolencia humana o impotencia para bregar cada día con un familiar desconectado de la realidad y que vive otra distinta dentro de su propio mundo, lo cierto es que en el Centro de Salud Mental Padre Billini, ubicado en Pedro Brand, en el kilómetro 28 de la autopista Duarte, residen actualmente 108 personas que han sido olvidadas por sus familiares.

Y aunque en su gran mayoría están en condiciones de irse a sus casas a continuar su tratamiento de forma ambulatoria, no es posible debido a que no se tiene ni idea de dónde viven sus familiares y no hay forma de localizarlos.
De los 108 pacientes, el que menos tiempo ingresado tiene ya va para los siete años, y de los más antiguos hay, incluso, desde la época del régimen dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo.

Al conversar con elCaribe, la directora del Centro, Carmen Ramírez, afirma que cuando se les plantea la posibilidad de reunirse con sus familiares, muchos de los pacientes se niegan irse a sus casas, pues ya el hospital es parte vital de sus existencias: “Ven al personal que los atiende como sus únicos familiares, como las únicas personas en quien confían en este mundo”.

La directora del Centro de Salud Mental lamenta el hecho de que los pacientes  hayan sido abandonados, sobre todo porque las condiciones en que viven no son las mejores, a pesar del trato humano que reciben los internos.

Le duele, por ejemplo, que los parientes de los pacientes no se involucren en el tratamiento que deben llevar éstos, lo que es sumamente vital para su recuperación e integración normal a la sociedad.

Efectivamente, el Padre Billini no luce en las condiciones que debería lucir un hospital donde sus pacientes son huéspedes sanos, y que más bien se dedica a las atenciones integrales que merecen como individuos.

Una enfermedad muy cara

Carmen Ramírez entiende que muchas familias optan por abandonar a sus familiares en el centro debido a dos factores fundamentales: todavía en el país existe la visión de que ese tipo de hospital es un “manicomio”, y el hecho de que mantener un enfermo mental cuesta alrededor de RD$80,000 al mes, de los RD$25,000 corresponderían exclusivamente a los medicamentos.

“Es triste la realidad, pero ante un cuadro así la familia prefiere, y sobre todo las pobres o de clase media baja, abandonarlos en el centro y si no los ingresan los abandonan en las calles”, observa.

Ramírez reconoce que aunque la decisión es difícil, para la familia de los pacientes es mejor tenerlos allí, que aunque no gozan de todas las condiciones que un ser humano se merece, al menos comen tres veces al día, tienen techo, duermen arropados, son bien cuidados y disfrutan de atenciones médicas de primera, pues ante cualquier deterioro de la salud el hospital general Rodolfo de la Cruz Lara le queda al lado, a unos escasos metros.

Observa que al menos tres veces al año los pacientes son sacados fuera del centro para que participen en actividades recreativas al aire libre en lugares como el Jardín Botánico y el Zoológico Nacional.

“Se dan situaciones muy bonitas, como por ejemplo, muchos de ellos se enamoran, pero en esos casos no los dejamos estar solos, y más bien se sonríen, se expresan ese amor, pero de lejos, para que no sucedan cosas fuera de control, como que alguna de las pacientes quede embarazada”, apunta.

Una esperanza

Con sonido más de resignación que de esperanza, la psiquiatra Ramírez entiende que las enfermedades de índole mental en el país van en aumento, y que una de las respuestas que debe darle el Estado a dicha situación es legislar para que estos tipos de patologías sean incluidas en el Plan Básico de Salud del Seguro Familiar de Salud.

“Como centro hemos hecho lo que hemos y debemos hacer, ahora solo falta que las autoridades y el Consejo Nacional de la Seguridad Social hagan lo suyo por la salud mental del país”, dijo.

Dos reparaciones en 54 años brindando servicios

En el Centro de Salud Mental están en proceso de culminación de los trabajos de reparación y equipamiento 35 habitaciones, con lo que se espera mejorar las condiciones en que viven los internos. Es la tercera intervención que hace el Estado en este hospital construido en 1960. La primera reparación se produjo en 1984. Para la directora Ramírez, muchas “cosas” se pudieran mejorar si se aumenta la subvención mensual, de apenas RD$1.5 millones.

170
Pacientes. El psiquiátrico Padre Billini atiende a 170 pacientes, de los cuales 108 están internos y 162 son ambulatorios

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