Santiago. Entre matorrales y contaminación, unas 130 familias ocupan de manera irregular igual número de apartamentos de la Villa Olímpica de Santiago.Los ocupantes de las edificaciones iniciadas en 1986 para los juegos centroamericanos y del Caribe, Santiago 86, viven prácticamente aislados.
Aunque carecen de documentos de propiedad, debido a que nunca fueron entregados, advierten que para desalojarlos deben ser trasladados a otra zona segura. Los edificios de tres niveles quedaron a medio terminar, apenas con block colocados y sin empañetar.
Los ocupantes de algunos de los pisos, cobijaron con zinc y techaron con madera. En la manzana de apartamentos que fue ocupada se observa un gran cúmulo de basura y también es afectada por la contaminación de la cañada del entorno.
Ramona Ferreras, quien vivía en el sector de Arroyo Hondo, decidió, hace 20 años, tomar uno de los apartamentos junto a sus hijos. Pese a que en varias ocasiones, alguaciles o supuestos propietarios han intentado desalojarla, ella permanece firme en el lugar.
Una de sus hijas ocupa otro de los apartamentos, junto su esposo. Algunos decidieron instalar talleres de mecánica o de herrería. Otros instalaron salones de belleza y colmados. “No es verdad que después del tiempo que tengo aquí nadie me va a sacar. A estos apartamentos vienen gentes ricas que tienen sus casas y dicen que son de ellos, pero cuando les reclamamos los títulos se van y no vuelven”, apuntó Ramona Ferreras.
Para llegar hasta la calle Ñ, donde están ubicados los apartamentos, hay que hacer una verdadera travesía. Aunque una parte de la calle está en buen estado, el acceso se hace complicado cuando llueve. Algunos piden ser regularizados como legítimos propietarios, reconociendo el tiempo que llevan en el lugar. El complejo de apartamentos, que fue iniciado por el gobierno de Salvador Jorge Blanco, fue retomado por el expresidente Leonel Fernández y nuevamente abandonado. Algunos fueron asignados sin haberlos concluido.
