Fanatismo al límite del canibalismo

Luchar por determinados ideales, y asumir las responsabilidades que demandan las circunstancias, nos expone a permanentes confrontaciones entre quienes pensamos distinto, aunque seamos buenos amigos, pues vivimos en una sociedad que está fanatizada&#8230

Luchar por determinados ideales, y asumir las responsabilidades que demandan las circunstancias, nos expone a permanentes confrontaciones entre quienes pensamos distinto, aunque seamos buenos amigos, pues vivimos en una sociedad que está fanatizada al límite, y donde el fanático no admite explicación, ni razón, porque es sordo, ciego e inquisidor.

Los fanáticos religiosos no admiten que les hablen de otra religión distinta a la suya, porque para el fanático religioso todos los que practican y predican otras religiones son pecadores que se han de calcinar en el infierno volcánico imaginado por Dante, y no hay mejores ejemplos que la inquisición que incineraba a supuestos brujos o ateos, las cruzadas medievales donde católicos y musulmanes mataban brutalmente para poseer la tierra santa de Jerusalén, y la negativa de aceptar las tesis de Copérnico y Galileo sobre la redondez de la tierra y la helio centricidad.

Los fanáticos que han perdido un campeonato en el béisbol dominicano han sido capaces de apedrear al autobús del equipo ganador, y han dicho que el manager del equipo perdedor se vendió al ganador y que todo el equipo también se vendió. El fanático no acepta que perdió en buena lid, siempre alega algún fraude o trampa, pues eso justifica su derrota.

Los líderes políticos que aceptan apoyar a otro partido, o que aceptan un cargo en el gobierno de otro partido, de inmediato son insultados por fanáticos que los catalogan de sinvergüenzas que se han vendido. Los fanáticos políticos entienden que los simpatizantes, militantes y dirigentes de otro partido son sus enemigos, y no pueden sentarse juntos.

Ahora es el fanatismo ambiental que se extiende como hierba en húmedo solar, y usted ve a personas opinando de lo que no saben, y dando cátedras sobre lugares que nunca han visitado.

El fanatismo ambiental no quiere leer ni escuchar el texto de ninguna ley vigente que sea contraria a lo que tiene en mente, y si usted argumenta el respeto a la ley, la respuesta inmediata es que si en este país no se respetan las leyes, por qué respetar alguna ley en particular.

Los ambientalistas fuimos a los tribunales, con las leyes en las manos, a objetar que el pasado gobierno quisiera superponer un derecho minero nuevo sobre un derecho ambiental viejo, y ganamos frente al gobierno y frente a mineros; pero los fanáticos son capaces de repetir el mismo error del gobierno anterior, aunque a la inversa, al pedir superponer un derecho ambiental nuevo sobre un derecho minero viejo. No promueva violaciones de derechos, pues tarde o temprano violarán los derechos suyos.

Los fanáticos son capaces de expresar que todo el que opina diferente se ha vendido a las empresas que ellos objetan, olvidando que cuando usted acusa al que opina diferente de haberse vendido para defender un proyecto, le da al otro el mismo derecho de expresar que usted también se ha vendido para objetar el mismo proyecto. Lo que es igual no es ventaja.

Y lo peor de todo es que mientras una parte de la iglesia católica rompe sus gargantas objetando un proyecto minero porque deforestará 3 kilómetros cuadrados dentro de una vieja concesión minera y piden se declare parque nacional, otra parte de la jerarquía de la misma iglesia presiona al Presidente de la República por la apertura de una carretera en la cordillera Central, la que también deforestará 3 kilómetros cuadrados en los tres principales parques nacionales. Explíqueme esos evangelios contrapuestos, porque los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan son coincidentes.

Evidentemente, el fanatismo llega al límite del canibalismo. l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas