La revisión de los currículos para readecuarlos al enfoque por competencias, se está haciendo en todos los niveles educativos: en el Ministerio de Educación y en la mayoría de las universidades. Es obvio que la labor de escribir estos programas requiere de un gran equipo conocer del tema, sin embargo, me enfocaré en este momento a la difícil tarea de romper con las formas de hacer que tienen la mayoría de los docentes.
Desarrollar competencias es una tarea ardua y compleja donde intervienen todos los saberes, capacidades, habilidades y actitudes, tanto del docente como de los alumnos. Es una danza que debe bailarse armónicamente hasta producir los resultados deseados. Aunque bailar parece ser fácil, requiere de lanzarse a la pista y practicar mucho hasta lograrlo.
Muchos directivos y docentes están angustiados por tomar el ritmo rápido; se lanzaron a la pista, pero sienten que se están ejercitando mucho y aun no cogen el ritmo.
En este momento hay una crisis con los instrumentos de evaluación dispuestos por el Ministerio. Considero que es normal que se genere dicha crisis, es propia del proceso mismo. Les sugiero leer el proceso que ha seguido la prueba PISA (Programa Internacional de Evaluación de los Estudiantes); comenzaron con las competencias de “lectura, matemáticas, ciencias y resolución de problemas, progresivamente; han ampliado su ámbito de evaluación con la capacidad para analizar, razonar y comunicar, así como interpretar y resolver problemas en una variedad de áreas”.
Es un proceso más laborioso que poner un número en un boletín. Enseñar por competencias requiere de técnicas de evaluación coherente con el proceso. Se necesita mostrar las evidencias de los indicadores de logros y el nivel de dominio, no la cantidad de memorización de los contenidos. La promoción de un estudiante esta vez es en base a la certificación del grado de adquisición de las competencias.
De manera que mi propuesta va encaminada a que el Ministerio y los docentes puedan sentarse a analizar todas las dificultades que se han presentado con los instrumentos de evaluación para mejorarlos, a fin de que puedan cumplir el propósito.
