Fortuna pasó otra prueba

Cuando un estudiante afirma ser inteligente, con talento y con las suficientes condiciones académicas para en el futuro convertirse en un profesional…

Cuando un estudiante afirma ser inteligente, con talento y con las suficientes condiciones académicas para en el futuro convertirse en un profesional de éxito, primero debe ir a la universidad.

E ir paso a paso cumpliendo con el pensum universitario de la carrera seleccionada.

Pero para hacerse de un título de la academia primero, obviamente, debe pasar todos los exámenes a los que es sometido… ¡pasar todas las pruebas!

Es el esfuerzo que debe hacer todo estudiante. Comenzando por la escuela la primaria hasta culminar con los exigentes estudios del nivel superior que son los que al final -cuando pasa todas las pruebas- le garantizan el anhelado título universitario.

Extrapolando esa realidad académica al boxeo, es justamente lo que ha venido haciendo el joven pugilista dominicano Javier –El Abejón- Fortuna.
Comenzó, desde que tenía unos 9 ó 10 años, en el boxeo amateur donde dejó una estela positiva.

Tras cumplir con el normal proceso de atleta aficionado, El Abejón Fortuna, en su pueblo de La Romana, dio inicio al boxeo de paga.

Temprano, antes de cumplir los 19 años, dio el paso al profesionalismo de la mano de César Mercedes quien a través de su compañía Mangüita Boxing Promotions lo proyecta -sin hacer muchos alardes- hacia la cima.

En el camino

El Abejón Fortuna, con su contundente victoria sobre Cristóbal Cruz, ex campeón mundial, pasó una nueva prueba. Le propinó un nocaut, en el segundo round, que no esperaba Cruz y sus entrenadores.

El joven púgil romanense, de sólo 22 años, por su guardia zurda, por ser un boxeador disciplinado y de excelente condición física, está en el camino del éxito.

Antes de finalizar el año, podría concretarse un combate en el que El Abejón Fortuna vaya en busca del título pluma.

O esperar el primer trimestre del 2013 para contender por el cinturón de las 126 libras.

Lo cierto es que Fortuna trilla buen camino. ¡Apuesto a él!

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