El fraude en el Banco Peravia

Cuando uno pensaba que las condenas por los casos de fraudes bancarios de la década pasada habían surtido algún efecto disuasivo sobre todos los participantes en el sistema financiero dominicano, se ha constatado la ocurrencia de un fraude en el…

Cuando uno pensaba que las condenas por los casos de fraudes bancarios de la década pasada habían surtido algún efecto disuasivo sobre todos los participantes en el sistema financiero dominicano, se ha constatado la ocurrencia de un fraude en el Banco de Ahorro y Crédito Peravia.

Aunque la mayoría de las acciones y el control de esa entidad fue traspasado hace un par de años a inversionistas venezolanos, la evidencia levantada en el banco revela la comisión de gravísimas acciones fraudulentas, tanto por parte de los extranjeros, como por sus antiguos propietarios locales. Para que se tenga una idea aproximada de las características del fraude cometido en el Banco Peravia, es necesario destacar que en esa entidad se otorgó una gran cantidad de préstamos simulados, a nombre de personas que, a cambio de prestarse para la acción, recibían una paga, mientras el grueso de los recursos iba a los bolsillos de los ejecutivos del banco.

Del mismo modo, se «concedieron» préstamos a nombre de personas que fueron al Banco Peravia a buscar empleos, para lo cual se falsificaban sus firmas. Lo mismo sucedió con personas cuyos datos personales fueron recabados bajo la falsa promesa de que serían incluidos en los planes sociales que vienen desarrollando los últimos gobiernos. Otra práctica fraudulenta consistió en emitir tarjetas de crédito de alta gama a personas sin historial crediticio ni capacidad de pago, para sacar fondos del banco a través de retiros de efectivo, yendo a parar esos recursos al patrimonio de los ejecutivos de la entidad.

Se redimían certificados de depósitos de clientes y los recursos se utilizaban para pagar deudas de los que controlaban el banco y personas relacionadas. También se emitían cheques de supuestos préstamos a terceros, se falsificaban sus firmas, se canjeaban y se disponía del efectivo.

Esas y muchas otras formas de defraudación del Banco Peravia fueron descubiertas por las autoridades luego que se iniciara el correspondiente proceso de disolución, al configurarse varias de las causales contempladas en el art. 62 de la Ley Monetaria y Financiera para la salida del mercado de esa entidad de intermediación financiera, y luego que fracasara el Plan de Regularización a que fuera sometida. Las autoridades monetarias y financieras actuaron en forma oportuna, respetando el debido proceso administrativo y adoptando las medidas contempladas en la normativa que regula el sector.

Aunque el 95 por ciento de los depositantes de esa entidad ha sido resarcido durante en proceso de liquidación, el fraude al Banco Peravia supera los RD$1,400 millones. Lo que ahora se espera es que, al igual que en los fraudes bancarios anteriores, la justicia se pronuncie en forma ejemplar, para que el sistema financiero dominicano se siga fortaleciendo, por aplicación una de las reglas de oro de la regulación económica moderna: “Garbing in, garbing out” (Basura que entra, basura que sale).

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