El fraude de los chiquitos

“Si los reformistas se van solos, sacan un dos por ciento y si van aliados a nosotros, pueden llegar a un 4”. La frase la dijo, en un círculo…

“Si los reformistas se van solos, sacan un dos por ciento y si van aliados a nosotros, pueden llegar a un 4”. La frase la dijo, en un círculo reducido, uno de los principales estrategas del PLD, antes de que se concretizara la alianza púrpura. La expresión deja al descubierto un asunto del que casi nadie habla, pero que los políticos conocen muy bien. Se trata del abultamiento artificial de los votos de los partidos chiquitos que van aliados a los grandes.

El caso del Reformista quizás no sea tan ilustrativo, porque es un partido que de grande pasó a pequeño y que aspira a llegar a ser aunque sea mediano.

Pero ocurre que la mayoría de las organizaciones emergentes se alían a una de las principales y obtienen votaciones que no lograrían por sí solas. Un partidito que lleva como candidato a Danilo Medina o a Hipólito Mejía busca sus votos, aunque tenga que quitárselos al PLD o al PRD, según sea el caso. Las cifras al final son infladas aunque no se sabe y probablemente nunca se sepa en qué medida. Cuando se dice que los aliados han aportado siete u ocho puntos a un partido grande, cualquier ingenuo puede sorprenderse de lo “determinante” que pueden ser estas alianzas. Ciertamente, algún aporte hacen esos emergentes.

Pero los números no dicen toda la verdad. Los grandes son los culpables de todo esto, ya que a veces llegan a “disfrazar” a sus militantes con los colores de sus pequeños aliados.

El grito de “Miguelón”

En ese escenario, es natural que partidos minoritarios, aunque sean aliados a uno de los mayoritarios, se peleen por los votos. En realidad, se alimentan básicamente del mismo caudal. A veces se producen luchas entre ellos, aunque el público no se entere. Pero el colmo fue el caso de un aliado del PLD que se quejó de que otros, del mismo Bloque Progresista, sonsacan a sus seguidores.

Lo curioso del caso es que el hombre de los gritos es Miguel Mejía, presidente del MIU, un movimiento no reconocido. Sucede que él quiere que “su gente” vote morado, y no en otros recuadros.

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