Hay por ahí tres diputados, representantes de dos de los partidos políticos mayoritarios, que actúan en trío, es decir en conjunto, en procura de “conseguir cosas”, no ya tanto para beneficio de las comunidades cuyos electores los llevaron al Congreso Nacional, sino para favorecer allegados y relacionados vinculados con “la industria sin chimeneas”, que hace tiempo dejó de ser el turismo dando paso a las importaciones de pacas de ropas. En ciertos departamentos del Ministerio de Hacienda y en otros de la dirección de Aduanas, estos legisladores tienen al garete a técnicos y empleados de nivel medio, con sus pedidos y ruegos para que se otorguen “algunas facilidades” a sus prohijados, situación que ya ha sido puesta en conocimiento hasta del Poder Ejecutivo, que a su vez ha hecho que, por vía de terceros, eso lo sepa la Presidencia de la Cámara Baja. En sí, de acuerdo a lo que me dicen, hasta ahora no hay comisión de otra cosa que no sea la indelicadeza de buscar privilegios ejerciendo tráfico de influencia, pero la frecuencia de los pedidos convierte el caso casi en acoso, y eso preocupa, amén de que afecta la ya resquebrajada imagen del legislador dominicano. Pónganle freno a eso, señores……
Sigan creyendo
Tal parece que a algunos en el grupo del presidente Hipólito Mejía a lo interno del PRD no les convendría que se concretice el tantas veces anunciado acuerdo con Miguel Vargas Maldonado para poner fin a la crisis que afecta al partido blanco y sus posibilidades políticas inmediatas. Esta reflexión toma relieve al saber que importantes figuras del hipolitismo hacen lobby con algunos comunicadores por la difusión de “análisis noticiosos” restando validez a las gestiones de José Joaquín Puello en procura de que el presidente Mejía y Vargas Maldonado sigan encontrándose, dialogando y logrando puntos en común para que las aguas vuelvan a su nivel normal en el PRD, meta difícil pero no imposible. Esos resabiosos piensan que les va mejor en la crisis. Sigan ahí, creyendo en va a llover…
