Wilma Teresa Martínez Barrientos, la joven reportada como desaparecida en Higüey hacía semanas, fue asesinada, reveló esta noche la Policía que explicó que el crimen fue confesado por la única sospechosa del hecho, quien guarda prisión con medidas de coerción.
Crismeli Guerrero, prevenida junto a su hermana, Erika Guerrero, con tres meses de prisión, alegadamente reveló a la Policía que la joven de 27 años fue asesinada. También admitió su participación en el hecho.
Los supuestos restos de Wilma Teresa fueron hallados en un lugar “deshabitado en el kilómetro 5 del tramo carretera Miches-El Seibo”, donde Crismeli Guerrero llevó a los policías.
En el lugar, de acuerdo al parte policial, fue hallada una osamenta humana sin el cráneo, que según versión de la inculpada corresponde a la mujer reportada como desaparecida, cuya cabeza dijo que fue entregada a un hombre no identificado y que alegadamente pagaría RD$2 millones de pesos. Los huesos fueron llevados al Instituto de Patología Forense para los estudios de lugar.
Desaparición
Wilma Teresa Martínez Barrientos desapareció el ocho de julio pasado, cuando salió de su casa ubicada en el residencial Luisa Perla, en Higüey, provincia La Altagracia, donde vivía alquilada pese a ser dueña de un edificio de apartamentos. Estaba casada con el extranjero Jim Di Frisco, residente en Suiza, quien fue interrogado por el hecho.
De acuerdo a versiones familiares, la joven, quien había llegado al país de retirada luego de vivir varios años en Suiza, salió en compañía de tres hombres y dos mujeres y dejó un bebé que tenía al cuidado de Crismeli Guerrero. Ese día, afirman, abordó una pipeta Nissan Infinita color blanco. Hoy informaron que la desaparición de la joven se trataba de un secuestro y que habían recibido llamadas pidiéndole dinero a cambio de su liberación. Anteriormente habían ofrecido un millón de pesos a cambio de información sobre su paradero.
A Crismeli se le impuso prisión preventiva luego de que se determinara que, tras la desaparición de la mujer, había usado su tarjeta de crédito por valor de 28 mil pesos. La coerción se la impuso el juez de la instrucción Edwis Rijo.
