Santiago. Los fuegos forestales se han extendido a comunidades de la cordillera Central, desde Constanza hasta Jarabacoa, y Chacuey en Dajabón.En comunidad de la Colonia Japonesa y el Riíto, en Constanza, el fuego ya casi afecta las viviendas y la gente está atemorizada. Muchos andan con bozal para protegerse del humo que ha provocado ya afecciones respiratorias. Mientras en Pino del Rayo de Manabao, La Lomita, próximo al Mogote Jarabacoa, en La Montaña, próximo a Alpes Dominicanos, Jumunuco y Jagua, decenas de hectáreas han sido afectadas por las llamas.
Aunque han logrado sofocar en algunos puntos, el intenso calor y la falta de agua y equipos han dificultado la labor. Tito Montero Vicente, encargado de Medio Ambiente en Jarabacoa, atribuye los constantes conatos de incendio a los conucos que hacen los campesinos en zonas montañosas. “Muchas veces los campesinos acuden al conuquismo, pero lo hacen sin control y prenden fuego”, dijo Montero Vicente a reporteros de elCaribe.
Algunas acciones
Para impedir que se extienda a otras comunidades, Medio Ambiente en Jarabacoa decidió aumentar el personal. En el caso de la comunidad de Pinar Parejo, en Constanza, aún el fuego no ha podido ser sofocado por los socorristas. “Allí las cosas son más complicadas aunque estamos también trabajando para sofocarlo”, indicó el encargado de Medio Ambiente. En el Cerro de Chacuey, de Dajabón, brigadistas llevan más de dos semanas intentando sofocar el fuego que ha afectado plantaciones agrícolas.
Ramón Ignacio Reyes Castillo, encargado de Medio Ambiente en Loma de Cabrera, aclaró que todavía las brigadas tratan de sofocar algunos focos del fuego forestal. En los trabajos preventivos y de ayuda, el Ejército envió la unidad humanitaria de Rescate (UHR) a Loma de Cabrera.
En comunidades reaccionan con alarma
En la cordillera Septentrional se han registrado algunos fuegos, aunque no de gran magnitud. Mientras, residentes en la ciudad y zona montañosa están asombrados al ver la espesa nube blanca que cubre toda la zona, lo que meteorólogos han atribuido a las partículas de arena que llega del desierto de Sahara. Los neumólogos han advertido sobre las afecciones respiratorias.