SAO PAULO— Los guardias pensaron que había gato encerrado cuando vieron un felino blanco entrando por la puerta de una prisión en el noreste de Brasil.
Cuando lo atraparon, llevaba barrenas, un teléfono celular y pequeñas sierras pegad
as al cuerpo, dijo un funcionario penal.
La portavoz de la prisión estatal de Alagoas, Cinthya Moreno, dijo que el gato fue detectado la víspera del Año Nuevo en la cárcel de mediana seguridad en la ciudad de Arapiraca.
Un portavoz de la prisión no identificado dijo al diario O Estado de S. Paulo que los 263 reclusos del penal son sospechosos de estar implicados.
«Va a ser difícil descubrir quién es el responsable ya que el gato no habla,» dijo el portavoz, citado por el diario.
