Su contacto directo con la gente, la postura desafiante y firme que asumió frente a la empresa minera Barrick Gold en defensa del interés nacional y las acciones de su Gobierno para enfrentar las situaciones de tensión originadas tras la controvertida sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, que define los criterios para obtener la nacionalidad dominicana, fueron de los aspectos más relevantes que marcaron y definieron de cierta manera la gestión del presidente Danilo Medina en este año 2013 que termina.
“El oro que subyace en el suelo de la patria de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón, es del pueblo dominicano. ¡De nadie más!”. Esta frase, pronunciada por el jefe de Estado el 27 de febrero cuando rendía cuentas ante la Asamblea Nacional, caló profundamente en la población y afloró los sentimientos de dominicanidad. En ese mismo escenario, Medina emplazó a la Barrick a renegociar el contrato que mantenía con el Estado, el cual calificó de inaceptable. Casi un mes después de ese emplazamiento (a finales de marzo) la empresa y Estado iniciaron un proceso de negociación, que dio como resultado un acuerdo que dará más ganancias al país por concepto de impuestos por la explotación de la mina Pueblo Viejo.
Sin duda alguna el hecho de que Medina mantuviera durante todo el año el estilo impuesto a principios de su gestión, de cercanía con las personas a través de sus acostumbradas “visitas sorpresa” (54, de octubre del 2012 a la fecha), le ayudó a conseguir que el 74% de los dominicanos aprobara su gestión de gobierno, que lo convirtió en el mandatario mejor valorado de América Latina, según el informe del Latinobarómetro correspondiente al 2013 dado a conocer en noviembre pasado.
No obstante, otras encuestas lo sitúan con un nivel más alto de aceptación. Por ejemplo, la empresa mexicana Consulta Mitofsky, en un estudio publicado en octubre, coloca a Medina como el mandatario con mayor aprobación ciudadana en América, otorgándole una popularidad de 88%, seguido del ecuatoriano Rafael Correa con 84%.
“Con el oído en el sentir del pueblo”
Durante todo este año, en los actos públicos en los que ha participado el Presidente, se le ha visto mezclarse con la gente sin muchos problemas. En el caso de las visitas dominicales, él va a los lugares, se reúne con personalidades clave o con miembros de asociaciones o cooperativas para escuchar sus principales problemas, catapultando así el potencial de las Pequeñas y Medianas Empresas como uno de los pilares generadores de empleos para dinamizar la economía y elevar las condiciones de vida de aquellos que están excluidos por falta de oportunidades. Él mismo recoge la mayoría de los tradicionales sobres y cartas que le entregan las personas en las actividades, principalmente en inauguraciones, y se acerca a aquellos que quieren decirle algo, lo que va en consonancia con lo anunciado oficialmente desde el inicio de esta administración, de que el de Medina es un Gobierno abierto y plural.
Pero no solo en esas ocasiones el Presidente ha demostrado que está abierto al diálogo. Lo hizo en febrero de este año, cuando tras escuchar las quejas de varios sectores, incluidos los responsables de medios de comunicación, desestimó un acuerdo de transacción al que había llegado antes con personas que poseen títulos de propiedad fraudulentos en la codiciada Bahía de las Águilas. También lo hizo al recibir recientemente en su despacho a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, organismo que tildó al país de racista y xenofóbico, tras recoger, de descendientes de haitianos, miles de denuncias de supuesta vulneración de derechos humanos. De la misma manera escuchó a miembros del grupo Reconocido, integrado por dominicanos de ascendencia haitiana, que resultan afectados producto de la decisión del TC y medidas anteriores de la Junta Central Electoral (JCE).
Los desaciertos…
Sin embargo, si en algo Medina no llenó las expectativas de la población fue al dejar en su gabinete a funcionarios de la anterior gestión que no gozaban de mucha aceptación en el pueblo. La gente esperaba cambios en el tren gubernamental en febrero y luego en agosto, pero no sucedió. Los ciudadanos, en su mayoría, mantenían la esperanza de que hiciera movimientos en ese sentido el último cuatrimestre del año, lo que tampoco pasó. A pesar de todo, personalidades y diferentes sectores sociales siguen considerando que Medina está a tiempo de darse la oportunidad de gobernar con su propia gente.
Otros aspectos que le restaron puntos al jefe de Estado fue no llevar a cabo la prometida restructuración en la abultada nómina del servicio exterior, el hecho de asumir una política de “borrón y cuenta nueva” al llamar a “no tirar piedras hacia atrás” ante los reclamos de sanciones a presuntos actos de corrupción cometidos en la pasada administración, así como las críticas recibidas por los diferentes colectivos tras la entrada en vigencia en enero de la Reforma Fiscal.
En suma, en este 2013 en la gestión de Medina resaltan logros tangibles en importantes áreas clave para el desarrollo de la nación, sin embargo, existen ramas en las que las medidas ejecutadas no surtieron los efectos esperados.
En el año venidero se cobijan grandes retos para el Gobierno y también un enorme esfuerzo para avanzar en los temas que le preocupan a la ciudadanía, como son la seguridad, el empleo, la educación y la salud.
“Lo mejor del gobierno de Danilo Medina aún está por llegar”, ha dicho el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, al tiempo de augurar a República Dominicana un 2014 de crecimiento y prosperidad. Por lo pronto resta esperar.
54
El presidente Danilo Medina ha realizado 54 visitas sorpresa a nivel nacional desde octubre del 2012 a la fecha.
8,264
En sus recorridos, principalmente dominicales, ha comprometido más de RD$8,264 millones.
