La República Dominicana aparece en transparencia en la elaboración de políticas públicas en muy honrosos lugares en los informes y estudios internacionales. Y es una parte importante en la gerencia estatal, por cuanto para cualquier organización, y sobre todo para el Estado, es de mucho valor que los interesados -ciudadanas y ciudadanos dominicanos- conozcan el componente estratégico de las áreas consideradas conformado por visión, misión, valores, programa de objetivos y programa de actividades.
Los avances logrados por el país en elaboración de políticas públicas, no se quedan ahí; son resultado, además, de una amplia participación y de un elevado nivel técnico. Sucedió con el Plan Decenal de Educación (1992), con el Plan de Desarrollo Cultural (2001) y, con el Plan Decenal de Salud (2006). Y más recientemente y en una mayor dimensión, con la Estrategia Nacional de Desarrollo (END-2030).
¿Por qué entonces la República Dominicana después de varias décadas con las mejores condiciones en libertades públicas y democracia electoral de toda su historia, y con altas tasas promedio de crecimiento económico, en temas fundamentales del desarrollo tales como educación, salud, energía eléctrica y seguridad ciudadana, se encuentra entre las naciones del mundo en los últimos lugares?
Para entender esa sorprendente contradicción hay que adentrarse en un aspecto de la gerencia que se denomina, proceso administrativo. El proceso administrativo comprende las fases de planificación, organización, dirección y control. La integración de la dirección y el control es lo que se denomina ejecución. Significa que más que serio, un grave problema en la gerencia del Estado dominicano corresponde a la ejecución.
Además, en planificación y organización existe otro muy grave problema. El componente estratégico común a ambas fases incluye el fundamental tema de los valores, asociados a la ética y por tanto el honesto proceder en la dirección y gestión de las organizaciones.
El que el país ocupe en corrupción los lugares entre 143 y 144, de 144 naciones del mundo, en el Informe Global de Competitividad 2011-2012, manifiesta un muy serio problema en la Gerencia del Estado que por sus graves consecuencias no se debe infravalorar. La corrupción es un hecho doblemente nefasto pues aun siendo el funcionario muy competente en cuanto a su capacidad, el desviar su tiempo y atención para enriquecerse ilícitamente reduce su eficiencia hasta casi anularla, lo que se suma a la sustracción del dinero del Presupuesto Nacional, que es propiedad de todos. Los valores en la gerencia del Estado, como en todas las organizaciones, mucho que cuentan.
