Aunque a primera vista de la impresión de que el presidente Danilo Medina no ha tenido éxito en los primeros tres meses de su gobierno, un análisis más profundo y detallado de los acontecimientos permite determinar que, en efecto, hasta ahora, el jefe del Estado ha logrado casi todo lo que se ha propuesto para esta fecha.
Lo primero es la reforma fiscal, cuya aprobación, si bien ha estado acompañada de manifestaciones de protestas y fue necesario hacerle algunos recortes, se logró en menos de tres semanas y ya es una ley en vigencia, aunque de aplicación efectiva para enero de 2013.
El presidente Medina también ha logrado sortear con aparente efectividad la distribución de los cargos públicos sin provocar disgustos en público de parte de los compañeros que aún le faltan por colocar en el aparato estatal y que de seguro muchos seguirán afuera, pues “no hay sombreros para tantas cabezas”.
Los paliativos y respuestas rápidas a hechos inesperados como las tormentas y lluvias que han provocado inundaciones en diversas localidades del país, también son aspectos en los que el mandatario ha demostrado ser un gerente, pues sin recursos disponibles, ha procurado ser diligente y mantener en calma a los pobladores de zonas donde las necesidades están a la orden del día. Para el común de la sociedad, los problemas que afectan al país han sido provocados por la pasada administración. El mandatario ha estado capitalizando esa percepción social de la mejor manera, al punto que el único reclamo que pesa sobre él, es su aparentemente tímida reacción para hacer que quienes habrían provocado el profundo déficit fiscal de este año respondan por su hechos.
El gobierno apenas empieza, pero hasta ahora, los bonos de Danilo aún se mantienen relativamente altos, con la ventaja de que sus opositores están dispersos, gracias a la división que desde hace meses afecta al Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
