El gobierno de Danilo

Como quien no quiere la cosa, Danilo Medina sigue metiéndose en el corazón dominicano. Se quejó de las maletas que encontró al ascender al poder, pero se ha acomodado al puesto. Fue parte del argumento esencial para el trago amargo aquel. Pese a adelantadas declaraciones de que habrá resistencia conforme avance el año, su proceder genera confianza. Más que discursos, su principal instrumento de persuasión son las acciones, y gradualmente va venciendo resistencias, sin estridencias. Señales que caen bien y que por momento dejan sin palabras a sus divididos opositores o a un movimiento que se define alternativo, todavía en reposo navideño. La gente lo sigue con atención, y pese a ello, no deja de sorprender.