Con la muerte del comandante Hugo Chávez, nuestro continente pierde a uno de los hombres más trascendentes de su historia. Chávez es, junto a Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, una de las figuras políticas de mayor dimensión y trascendencia de la historia latinoamericana moderna. Es uno de los grandes ejemplos del militar democrático que logra superar la formación castrense y asume el compromiso social con su pueblo para desde la presidencia de una nación, en este caso Venezuela, desarrollar uno de los proyectos de transformación económica, política y social de dimensiones históricas.
Cuando en el año 1992, ese coronel anodino intentó dar un golpe de estado al gobierno de Carlos Andrés Pérez y fracasó, jamás nadie pensó que unos años después se convertiría en el presidente democrático que mayores transformaciones le ha dado a Venezuela y en el líder latinoamericano que iniciaría la ruta de una nueva transformación del panorama continental.
Chávez cambió de manera radical el rostro de una Venezuela que había sido destrozada por los partidos políticos de esa nación. Millones de pobres y gente excluida de las grandes riquezas sociales de un país rico en petróleo pero lleno de miseria, empezaron a transitar un camino de prosperidad. Chávez le devolvió las riquezas de Venezuela a las grandes mayorías. Millones de pobres empezaron a tener comida, empleos, casa, servicios de salud y de educación, pensiones adecuadas y el derecho a vivir con dignidad.
Eso explica el por qué hoy el sepelio de Chávez se ha convertido en una de las manifestaciones populares más grandes de toda la historia de Venezuela y del continente. Pero al mismo tiempo, Chávez cambió el curso de América Latina iniciando una nueva época que abrió el cauce para que más de una docena de gobernantes progresistas pudieran mantenerse en el poder, enfrentar con dignidad la influencia de los Estados Unidos y lograr el bienestar de sus pueblos. La ola progresista de América Latina tiene a Chávez como el motor y soporte fundamental. A través de PetroCaribe ejerció la más grande muestra de solidaridad y desprendimiento hacia la naciones de América con la sola intención de ser un digno discípulo de Simón Bolívar. Nuestra nación es el mejor ejemplo de ese gesto solidario de Chávez, ya que sin el gran apoyo de PetroCaribe nuestra economía no hubiera podido enfrentar la crisis mundial del 2008 y 2009. Con justa razón el presidente Danilo Medina dijo que Chávez es sinónimo de Solidaridad.
Hugo Chávez nos deja un gran legado de dignidad, de amor por la patria latinoamericana, de gobernante que se entrega a su pueblo y transforma para bien el estado de cosas. Chávez es un símbolo eterno de solidaridad y ayuda, un ejemplo perenne de soldado democrático que se entrega a nobles ideales y nunca traiciona a su pueblo. En este momento, cuando el comandante Chávez deja esta tierra, tomo prestados los hermosos versos que Nicolás Guillén le escribió al Che Guevara, para decirle: “No porque hayas caído, tu luz es menos alta, Chávez comandante, amigo”.
