La gran nación arahuaca

Cuando Fernão de Magalhães, el famoso Magallanes, llegó donde ahora está Río de Janeiro, encontró una cultura…

Cuando Fernão de Magalhães, el famoso Magallanes, llegó donde ahora está Río de Janeiro, encontró una cultura que Pigafetta describió así: “Los brasileños no son cristianos, pero tampoco son idólatras, porque no adoran nada; el instinto natural es su única ley. Viven muchísimo tiempo; los viejos llegan ordinariamente hasta los 125 años, y algunas veces hasta los 140.

Van desnudos del todo, lo mismo las mujeres que los hombres. Sus habitaciones consisten en anchurosas cabañas, a las que llaman boi, y se acuestan sobre mallas de hilo de algodón llamadas hamacas, colgadas por los dos extremos de gruesas vigas. La chimenea está en la tierra. Uno de estos alberga algunas veces hasta cien hombres con sus mujeres y niños, y, por consecuencia, hay en ellos siempre mucho ruido. Sus barcos… llaman canoas y están hechos de un tronco de árbol ahuecado por medio de una piedra cortante, usada en vez de las herramientas de hierro, de las cuales carecen.  Son tan grandes estos árboles, que en una sola canoa caben 30 y aun 40 hombres, que bogan con remos parecidos a las palas de nuestros panaderos”. Descripción casi idéntica a la de Las Casas sobre Haití.

Teniendo de vecino las culturas andinas y occidentales en Sudamérica y las maya y mexica hacia el norte del continente, más avanzadas en tecnología y de mayor capacidad bélica, sin ser sometidos, deberían los arahuacos considerarse como gran nación de cultura marítima que pobló y defendió las islas de enemigos tradicionales, que sucumbe al genocidio ibérico, pero pervive sumergida en las profundidades de la selva amazónica para, invisible, mantener su modo de vida. Su dominio parece haber sido desde los indios colorados en las misiones del Paraguay hasta los bordes occidentales de la Amazonia, las selvas del Orinoco y del Darién y todas las islas del mar Caribe hasta Cuba.

Dominio que en pequeña parte conserva. Sus precursores dejaron en la Amazonia geoglifos impresionantes que se perciben desde el cielo como zanjas de figuras geométricas, como los Nazca en Perú, pero cavados como fosos “de 1 a 4 metros de profundidad, y 11 a 12 metros de ancho de diferentes formatos y diseños: círculos, cuadrados, rectángulos, figuras compuestas, rectas, paralelas…

Las cunetas están reforzadas por muros en ambos márgenes, construidos con la tierra de la excavación. Además, las figuras están conectadas entre sí por… caminos: “dos líneas paralelas, más elevadas, como si estuvieran protegidos”.

Se piensa que los muros pudieron cumplir funciones de defensa, o como reservas de agua durante la temporada de seca, o para la crianza de peces, tortugas o almejas. Otros piensan, por ser figuras geométricas perfectas, en significados simbólicos.

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