El gran reto de “El Abejón” Fortuna

El 8 de diciembre, en Las Vegas, Nevada, Javier –El Abejón- Fortuna tendrá su gran anhelada… ¡y su gran reto! Irá…

El 8 de diciembre, en Las Vegas, Nevada, Javier –El Abejón- Fortuna tendrá su gran anhelada… ¡y su gran reto! Irá en busca del campeonato pluma (vacante) avalado por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

El joven peleador nacido en La Romana e invicto en 20 combates profesionales (ha noqueado a 14 de sus rivales), enfrentará al irlandés Patrick Hyland quien tampoco conoce la derrota en 27 visitas al cuadrilátero. El Abejón Fortuna, desde hace más de dos meses, se encuentra en la ciudad de Los Ángeles donde cumple con un exigente programa de entrenamiento.

Tras ser avisado de que le ha llegado la oportunidad de anexarse el cinturón mundialista de las 126 libras, sus entrenamientos los ha arreciado. Es lo que me informó su apoderado, el empresario dominicano César Mercedes quien respira aires de optimismo al considerar que su pupilo se alzará con la diadema pluma amebeísta.

La pelea de Fortuna constituirá un acontecimiento “muy especial” para el boxeo profesional de República Dominicana.

¿Por qué? Es que esa misma noche subirán al cuadrilátero para volver a contender (será la cuarta riña) los súper campeones Manny Pacquiao y Juan Manuel Márquez.

Esto significa que en el glamour de Las Vegas, en el lujoso hotel MGM, El Abejón Fortuna estará como segundo estelarista. ¡Grandioso!

Lo que puede pasar

¿Qué pasará en Las Vegas el ocho de diciembre cuando El Abejón Fortuna suba al ring y enfrente a su experimentado y peligroso rival irlandés? La pregunta podría ser fácil de responder partiendo del positivo desempeño que ha tenido el joven peleador criollo cada vez que le ha tocado enfrentar –fuera del lar nativo- a rivales capacitados.

Sin embargo,  para lograr anexarse el anhelado cinturón mundial pluma, tiene que subir al ensogado en plenitud de condiciones físicas.

Además, organizar lo mejor que pueda su ofensiva y saber que en Patrick Hyland tendrá a un serio rival al que, obviamente, nunca debe subestimar.

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