Santiago. Por segundo día, profesores paralizaron la docencia para exigir la construcción del politécnico Víctor Manuel Espaillat y denunciar el peligro que corren los 900 estudiantes que reciben docencia en el viejo local.Al problema que representa el local a punto de desplomarse, se sumó el desbordamiento de la cloaca, que arropa parte del plantel de materias fecales. Aunque hace dos años se iniciaron los trabajos para dar paso a una nueva estructura, hace seis meses fueron paralizados. En esas condiciones se encuentran otros siete centros educativos, en igual número de comunidades de Santiago.
Desde inicio del mes de enero, otros mil 500 alumnos de la escuela San Francisco están sin tomar clases, luego que los maestros abandonaran el plantel, por temor a que con las nuevas grietas pueda desplomarse.
En sesión permanente
El pasado miércoles, la asamblea de profesores decidió paralizar la docencia del Víctor Manuel Espaillat debido al estancamiento de la construcción de su politécnico. En una vigilia realizada frente a la nueva obra, profesores y estudiantes se colocaron mostrando carteles en los que hacían sus reclamos a las autoridades de educación. El profesor José Jáquez, hablando en nombre de la asamblea de docentes, explicó que la construcción del politécnico inicio hace más de dos años y que prometieron entregarla en doce meses.
Las profesoras Carmen Cruz y Mildred Guzmán dijeron que la comunidad educativa se siente burlada por las autoridades del Ministerio de Educación, las que se han olvidado de este centro educativo, mientras han entregado decenas de escuelas en la zona, ellos corren peligro y junto a sus alumnos se exponen al acudir a esta infraestructura, dañada por las grietas y amenazada por aguas negras.
En el viejo local también reventaron las cloacas
En Santiago se conocen las condiciones inhóspitas en que muchos estudiantes reciben docencia. En el caso de la del ensanche Espaillat, estudiantes y profesores denunciaron que esta semana se rompieron los registros de los baños lo que cubrió parte de la oficina, mientras el techo se cae a pedazos por lo que es imposible continuar las labores docentes.
