Santiago. Aunque están distantes las elecciones municipales del 2016, los aspirantes a la alcaldía local, por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), mantienen una guerra abierta en busca de la nominación.Con 24 años fuera de este trono que garantiza al menos 3,000 puestos de trabajo fijos, los precandidatos del partido oficial no cesan en sus afanes por ser cabeza de la boleta municipal en 2016.
Desde hace varios meses se conoce la promoción del director de los Comedores Económico, Ramón Rodríguez (Monchy); el director del Fondo Patrimonial para las Empresas Reformadas (Fonper), Fernando Rosa, y el encargado de Aduanas en Santiago, Jorge Moronta.
Las vallas pululan en la ciudad, junto a las colocadas por el diputado Víctor Suárez y la gobernadora Aura Toribio.
Otros aspirantes han decidido quedarse a la espera de ver cómo se despeja el panorama. En esa situación están el profesor José Izquierdo y el exdirector de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan), Hamlet Otáñez, quienes consideran que es muy temprano para iniciar una promoción.
Con Abel Martínez
Lo que ha generado inquietud en semanas recientes dentro de los dirigentes del PLD en Santiago, es el rumor de que los aspirantes que se promueven desde hace varios meses, podrían quedarse con los bultos hechos, luego de los aprestos del presidente de la Cámara de Diputados, Abel Martínez, a quien se le atribuye una gran popularidad.
Aunque las vallas, atribuidas al equipo de Abel Martínez, no refieren aspiraciones, ni cargos, han sido interpretadas como un mandato de la dirigencia del partido morado, como propuesta infalible, para recuperar el poder del Ayuntamiento local, la cual no tiene desde el período 1990-1994, cuando el actual ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul, ocupó la plaza.
Una promoción que genera incógnitas
“Con Abel”, se lee en las vallas que se atribuyen a una promoción estratégica del presidente de la Cámara de Diputados, quien estaría en la competencia con el proyecto de reelección del alcalde Gilberto Serulle, quien a pesar de tener una popularidad maltrecha, hace lo posible por revertir las críticas a su gestión y, sobre todo, poner a los sectores de opinión de su lado.
