Hagamos algo contra los ruidos

¿Por qué hay gente que se cree con derecho a estacionar su vehículo en frente de tu casa, prender el radio, subirle todo el volumen…

¿Por qué hay gente que se cree con derecho a estacionar su vehículo en frente de tu casa, prender el radio, subirle todo el volumen y abrir las puertas para que la música retumbe en el interior de tu hogar?

¿Quién les ha dicho que su gusto por el dembow es el tuyo y el de los vecinos? ¿Quién les ha dicho que te gusta escuchar música a altas horas de la noche en lugar de dormir? ¿Por qué se sienten con el derecho de escoger que debes escuchar su música en lugar de hablar por teléfono, ver televisión en tu casa o conversar con tu familia durante la comida o la cena? ¿Dónde están las autoridades de los ayuntamientos, MedioAmbiente, Policía e Interior y Policía?

Los casos son frecuentes en los residenciales donde hay colmados o colmadones en cuyos centros los visitantes ponen a competir las capacidades de los discolights de sus vehículos sin importarles que su imprudencia causa desasosiego a los demás. Un estudio que hizo el año pasado la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN) sobre la contaminación acústica, reveló que  el 70% de los colmadones, emitían sonidos por encima de los 55 decibeles permitidos en las normas nacionales para el horario nocturno de las zonas residenciales.
La Policía Nacional tiene estadísticas de cuáles son los centros de expendios de bebidas alcohólicas que tienen la mayor cantidad de denuncias por la bulla que generan.

Los ruidos pueden causar severos daños a la salud, según establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), como sordera, alteración del sistema nervioso, fatiga y dificultad para dormir. También disminuyen la concentración, la capacidad productiva, aumentan la frecuencia de accidentes de trabajo, la irritabilidad y los estados histéricos y neuróticos.

Cuánta impotencia se observa a diario en el rostro de la gente de trabajo y que tiene que levantarse temprano junto a sus hijos para llevarlos a estudiar, a causa de ciudadanos irrespetuosos que perturban con ruidos innecesarios la tranquilidad de los demás.

Hagamos algo contra los ruidos, no nos quedemos de brazos cruzados, son totalmente negativos y no aportan nada a nadie y con voluntad y decisión se puede lograr. ¡No a los ruidos!

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