Hatuey De Camps

Conocí a Hatuey De Camps desde que yo era un mozalbete, que iniciaba los estudios del bachillerato en el liceo Unión Panamericana. Cuando el Frente Universitario Socialista Democrático (FUSD) ganó por primera vez las elecciones estudiantiles en…

Hatuey De Camps

Vuelvo sobre mis pasos para re-comentar que, y me cito yo mismo: “mi buen y gran amigo de larga data Hatuey De Camps se ha convertido en la novia…

Conocí a Hatuey De Camps desde que yo era un mozalbete, que iniciaba los estudios del bachillerato en el liceo Unión Panamericana. Cuando el Frente Universitario Socialista Democrático (FUSD) ganó por primera vez las elecciones estudiantiles en la UASD, con él de candidato a secretario general (que no había presidente) de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), participé en movilizaciones internas en la UASD promoviendo las ofertas de ese grupo, siendo yo aún estudiante de secundaria. Ya dirigiendo Hatuey la FED, al frente de un equipo donde estaban Fulgencio Espinal (Papucho, para quienes somos sus amigos) y Carlitos Lalane, entre otros, fui testigo del ascenso de su estrella y comenzó nuestra amistad. Recuerdo como si fuera hoy aquel día en que decenas de estudiantes fuimos detenidos al regresar de recibir estridentemente en el aeropuerto al equipo cubano de béisbol, y Hatuey se colocó al frente e impidió que todos fuéramos encerrados y fichados en el cuartel general de la Policía. Su oportuna y valiente intervención nos valió ser liberados. Durante su ascendente carrera política tuvimos diferencias, pero más pudieron las coincidencias para mantener una relación estrecha de respeto y amistad. Creo que estuvimos tan cerca siempre fruto de la amistad y admiración mutua que cultivó con mi fallecida madre y con mi viejo, compañero y seguidor suyo hasta que falleció hace 3 años. La noticia sobre su fallecimiento el pasado fin de semana me estremeció. Sabía que estaba afectado de cáncer y le veía notoriamente deteriorado, pero no esperaba ahora su partida. Enfrentó sus dolencias con la gallardía que le era característica. Algún colega, reseñando su muerte, escribió atinadamente que era una figura cuya sola presencia llenaba los espacios. Con Hatuey se ha ido un roble de la política dominicana. Firme en sus convicciones, talvez apasionado, irreductible, pero –eso sí- todo un guerrero. Que Dios lo acoja a su lado y le proporcione el descanso eterno…

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Vuelvo sobre mis pasos para re-comentar que, y me cito yo mismo: “mi buen y gran amigo de larga data Hatuey De Camps se ha convertido en la novia apetecida de los principales candidatos presidenciales para los comicios de mayo venidero”, y escribí también en la víspera, volviendo a autocitarme, que “su bien ganada experiencia, su fuerte personalidad política, su figura de temple, su trayectoria, lo hacen blanco de un cortejo que tiene en acción un intenso lobbismo que traspasa ya la raya del esfuerzo por el convencimiento puro y simple tornándose en un gardeo permanente”. Acontecimientos casi simultáneos a mis comentarios citados acaban dándome la razón.

Ayer tempranito, mi email fue practicamente bombardeado por mensajes electrónicos cuasi apócrifos “informándome” que ya era casi un hecho el acuerdo entre Hatuey y el presidente Hipólito Mejía mediante el cual supuestamente el PRSD dejaría sin efecto la nominación presidencial de El Cacique y pasaría a respaldar la de Mejía. Según esos mensajes, esta alianza se haría sobre la base de la designación inmediata de Hatuey como jefe de campaña de Hipólito y la promesa de que, a partir de agosto venidero, El Cacique iría a la presidencia del PRD. ¡Vaya reporte de Radio Bemba!. No obstante, las palabras de Hatuey que reseña la prensa vespertina provocan a darle otra lectura a sus reuniones de las últimas horas.

De Camps habría declarado: “No tengo ningún interés de volver al PRD-PPH o al PAPAH; estoy conforme en mi partido PRSD” y expresó que fue invitado a un desayuno con el presidente Mejía en la casa de un médico “jubilado” como presidente de un conocido club capitaleño en medio de controversias y que al llegar al sitio, se encontró que había unas 70 personas y un aparataje de periodistas. No lo dijo Hatuey pero hay quienes interpretan que fue víctima de una celada para provocar que dijera lo que alguien quería que él dijera, y que aunque no lo haya dicho, así se reprodujo en la prensa como si lo hubiese dicho. ¡Je, je, je..!

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