No hay alternativa

El presidente Danilo Medina sometió ayer al Congreso Nacional el controversial proyecto de reforma fiscal que ha generado quejas de tantos sectores.…

El presidente Danilo Medina sometió ayer al Congreso Nacional el controversial proyecto de reforma fiscal que ha generado quejas de tantos sectores. Se trata de una pieza que espera recaudar unos RD$53 mil millones, equivalentes a un 2.2% del Producto Interno Bruto (PIB), con el objetivo de cubrir el déficit fiscal que al culminar este año se estima sea de RD$187 mil millones, igual al 8% del PIB.

Entre otras cosas, la iniciativa aumenta a 18% el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) y la aplicación del Impuesto Sobre la Renta a la regalía pascual para contribuyentes. También, aumenta a 5% la retención de suplidores del Estado, a 15% el impuesto a las bebidas alcohólicas, plantea cobrar el 1% al valor del vehículo en la renovación de la placa, contempla un adicional 10% a los servicios de telecomunicaciones por cable y elimina las exenciones a las entidades sin fines de lucro.

La reforma es técnicamente necesaria, independientemente del problema político que puede crear y del mal sabor de boca que a todos nos causa. Es imprescindible para el Estado aumentar su capacidad recaudatoria, pues por el bajo nivel actual de ingresos estatales no hay en este momento una solución alternativa que sea distinta al aumento de la presión fiscal. Y en el largo plazo, probablemente este paquetazo propuesto vaya en una dirección acertada.

El inmenso déficit fiscal, la ejecución del presupuesto de instituciones como el Ministerio de Obras Públicas, la magnitud de una brecha presupuestaria ensanchada en un año electoral y con un presidente saliente dispuesto a todo por rescatar su imagen y “terminar bien”, entre otras cosas que parecen ocultas como ciertos manejos financieros que no están muy claros, componen un panorama sombrío del que sólo se rescata a la República Dominicana con mecanismos radicales.

Partiendo de que el paquete tributario es una decisión inevitable para atacar la enfermedad que nos causaron los gobiernos de Leonel Fernández y que dejaron al presidente Danilo Medina sin más opciones que medidas impopulares como ésta, cabe señalar que para que los dominicanos puedan entenderlo y estar en disposición de hacer sacrificios por el Estado hay que cambiar muchas cosas sobre el tipo de Estado del que se trata, garantizando un gasto más prudente, mayor transparencia, intolerancia a la corrupción y en general mostrando a la población indicios de que el esfuerzo será verdaderamente colectivo.

En este sentido, no la tiene fácil el presidente Medina, pues sus buenas intenciones encuentran varios frentes, incluyendo los internos, que son los más peligrosos.

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