¿Hay esperanzas?

Nunca hemos albergado tantas esperanzas en un cambio hacia la mejora del sistema educativo dominicano como en estos momentos. Firmamos el pasado martes 1 de abril el Pacto por La Educación. No soy política (en cuanto al ejercicio partidista)…

Nunca hemos albergado tantas esperanzas en un cambio hacia la mejora del sistema educativo dominicano como en estos momentos.

Firmamos el pasado martes 1 de abril el Pacto por La Educación. No soy política (en cuanto al ejercicio partidista) ni quiero parecer retórica, pero considero que esto es un hecho histórico. Es histórico porque  ha sido un proceso democrático e inclusivo.

Se recibieron y se integraron más de 35,000 consultas de todos los sectores nacionales, que generaron  los  temas de discusión de 9 mesas de trabajo que incluían educación inicial, preuniversitaria, universitaria, y técnico superior. Es un hecho histórico porque se han depuesto intereses sectoriales, gremiales e individuales para consensuar una agenda nacional que procure la concreción de acciones hacia la calidad de la educación.

Es un hecho  histórico,  porque  el gobierno, las empresas, los líderes políticos,  los educadores y los ciudadanos nos hemos comprometido con este cambio.  Definitivamente, la  educación nos ha unido a todos.

Hay esperanzas, porque aún  antes del Pacto se han tomado decisiones asertivas hacia esa carrera intensa que constituye la calidad de sistema.
¿Por qué no reconocer esos logros, para que ellos nos refuercen la esperanza? La aprobación del 4% del PIB para el gasto educativo, producto de un esfuerzo concertado de  los ciudadanos para que se cumpliera lo estipulado por la  ley; un esfuerzo que evolucionó hacia un movimiento organizado y que, de  pronto, colocó la educación en una prioridad nacional.

Es preciso destacar los esfuerzos de creación de nuevas infraestructuras que producirá el descongestionamiento de las instalaciones actuales, lo cual necesitamos para trabajar el proceso educativo en planteles con condiciones adecuadas. Asimismo, hay que destacar las mejoras de otros servicios básicos (desayuno escolar, provisión de libros de texto  y sistemas de apoyo al docente), así como el proceso de revisión curricular –bien articulado hasta el momento, riguroso, y a la vez plural-.

También, los cambios recién aprobados a la organización del sistema en procura de un modelo más coherente con las etapas del desarrollo humano y acorde a las tendencias internacionales.

En efecto, hay esperanzas, porque  los dominicanos tenemos hoy más comprensión y  conciencia  de que el país  necesita  superar sus pobres indicadores educativos. El Pacto proveerá las herramientas para el logro de esas metas. Mantengamos nuestra palabra  empeñada. l

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