Hay que pararla

No es parte del debate, porque es un hecho cierto. El factor dominante en la economía dominicana es la estabilidad de precios y de tasa de cambio, con leves movimientos, y las perspectivas del año son halagüeñas. Lo confirman las agencias internaciona

No es parte del debate, porque es un hecho cierto. El factor dominante en la economía dominicana es la estabilidad de precios y de tasa de cambio, con leves movimientos, y las perspectivas del año son halagüeñas. Lo confirman las agencias internacionales. La expectativa del gobierno nacional era que la economía crecería hasta un 4%, pero ya se habla de un 5%. Se habla incluso de que ha habido alguna recuperación de empleos.

Es demasiado evidente el impulso al campo dominicano y a los pequeños. Hay una oferta abundante de víveres. Yuca y batata hasta cuatro pesos. Hacía demasiado tiempo que eso no se veía. Ñame y plátanos a precios razonables, aún en los días finales del período de estiaje y el fin del invierno cuando la tendencia es a una cierta ralentización del comportamiento vegetativo de los víveres. Eso  tampoco lo discute nadie.

El presidente Danilo Medina luce despejado. No le podía ir mejor, con alta aprobación popular. Tasas sin precedentes en la aproximación del segundo aniversario de su mandato, de modo que vivimos un período en que las autoridades nacionales, especialmente del gobierno ejecutivo, gozan de buenos niveles en la confianza pública.

La aplicación del 4% en la educación con la siembra de escuelas en amplias zonas del país estimula la satisfacción ciudadana. Al gobierno le va bien, aunque no se repita demasiado.

Pero el país está preocupado. Nos sentimos inseguros. Todas las investigaciones sobre la opinión de la gente revelan que el gobierno no ha podido encarar a fondo la inseguridad. Hay un alto déficit de resultados.

La violencia, que es intermitente, no cesa. En marzo celebrábamos con las autoridades una disminución de los asesinatos por cuenta de las organizaciones criminales, pero en abril la cruda realidad abrumó ese ensueño.

Ahora los asesinatos visiblemente por encargo nos aterran. Sabemos del 9-1-1 y todo eso, pero esto no puede ser. Que salen fácilmente, que como es que logran la libertad. Otro tema, pero ahora la sangre hay que pararla.

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