La hepatitis: un mal silente que afecta a 3 de cada cien dominicanos

José es un joven de 37 años de edad, que vio cambiar su vida de forma radical cuando le diagnosticaron que se había contagiado con hepatitis C en una de las transfusiones a la que fue sometido por problemas renales.

José es un joven de 37 años de edad, que vio cambiar su vida de forma radical cuando le diagnosticaron que se había contagiado con hepatitis C en una de las transfusiones a la que fue sometido por problemas renales. Narra, con evidente angustia, que nunca se imaginó que el hecho de tener hepatitis C era como ser portador de VIH/Sida, al menos eso le dijeron los médicos que lo atendían. Por esa situación, fue sacado de la unidad de diálisis donde iba tres veces por semana, y tras mucho esfuerzo ingresó a la unidad del Padre Billini, donde ha sido habilitada un área restringida para el uso exclusivo de pacientes con esa condición. También perdió la oportunidad de ser candidato a un transplante de riñón.

Desde hace un año, José forma parte de las más de 350 personas que en 2011 fueron diagnosticado con hepatitis C y reciben tratamiento para controlar la enfermedad, en su mayoría cubiertos por el Ministerio de Salud Pública. Se estima que en el país unos 300 mil dominicanos están afectados con hepatitis.

Esto es sin tomar en cuenta, la alta incidencia de la hepatitis B, la más común  en la población dominicana, que según las cifras que maneja la Sociedad Dominicana de Gastroenterología, tres de cada cien personas están afectadas por este mal, y lo peor del caso es que hay un alto porcentaje que lo padece y no lo sabe.

La hepatitis es un proceso inflamatorio del hígado causada por diversos virus, aunque también puede ser desencadenada por el abuso de alcohol, infecciones, fármacos y drogas. Hay diferentes tipos: A, B, C, D, G y E, todas tienen peculiaridades que son asintomáticas. 

La persona que contrae cualquiera de las formas de hepatitis, A, B y C, acostumbra a sentir como si tuviera la gripe, pero eso no sucede siempre,  incluso no presentan ningún síntoma. Algunas personas presentan fiebre, cansancio, fatiga, dolores en las articulaciones, lesiones en la piel, orina oscura; un bajo porcentaje presenta ojos y piel amarillenta y hace un cuadro estérico.

En el caso de la hepatitis B, el presidente de la Sociedad de Gastroenterología, Pascal Núñez, explica que se trasmite por la sangre y a través de las relaciones sexuales, por lo que las jeringas, las personas que tienen más de una pareja, el uso de objetos cortantes en salones de belleza o centros de salud y la colocación de aretes en el cuerpo se convierten en transmisores directos de la enfermedad.

El especialista afirma que la hepatitis B y la tipo C, son las que generalmente producen enfermedades crónicas del hígado, ambas se contagian de forma sanguínea, pero la que tiene mayor porcentaje  de transmitirse por esta vía es la hepatitis C.

Indica que desde hace diez años, en República Dominicana existe una vacuna para el control de la hepatitis B, no así para la tipo C, lo que dificulta su prevención. La vacuna inmuniza a las personas y recomienda que se aplique desde el nacimiento y en adultos con alto riesgo, como los que utilizan sustancias prohibidas, drogas endovenosa, así como las que tienen relaciones sexuales con diferentes parejas, y quienes se hacen  tatuajes. Sugiere también realizarse pruebas una vez al año a quienes se han sometido a procedimientos quirúrgicos y a los que se dializan. La hepatitis C, que se transmite por sangre, tiene un porcentaje mayor de cronicidad, cerca del 85% de los pacientes con esta patología llegan a la cronicidad a diferencia de los afectados por la tipo B, que sólo un 15% llega a la gravedad y muchos se sanan y se inmunizan.

Mayor difusión

Entre las peticiones que realizan con frecuencia las asociaciones de enfermos de hepatitis C están: un aumento de campañas de difusión para conocimiento y prevención de la enfermedad, formar a médicos de atención primaria en el conocimiento genérico de esta condición, dar seguimiento integral de los afectados por los problemas psicológicos que pueden derivarse de este padecimiento y un reconocimiento por parte del Estado del carácter crónico de la hepatitis C.

Sugiere poner atención en grupos de alto riesgos

El investigador argentino Adrián Gadano, jefe de la Unidad de Hepatología del Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina, quien participó en la tercera Jornada del Distrito Nacional de la Sociedad de Gastroenterología, celebrado recientemente en el país, recomendó a las autoridades sanitarias  dominicanas que para prevenir la hepatitis deben aumentar el control en grupos de riesgos.

Citó  entre ellos, a los homosexuales, inmigrantes asiáticos, también los que viven o viajan a zonas endémicas, como África; grupos que utilizan drogas inyectables, la población carcelaria, mujeres embarazadas, transfundidos sanguíneos, centros de VIH y crear oficinas migratorias para registrar a viajeros de países en riesgo, agencias de mantenimiento de adopción y programas de adolescentes. Así como los nacionales haitianos, donde la incidencia de la hepatitis ronda el 5%. Dijo que la detección es clave para el control.

SP ha invertido RD$120 millones en tratamiento

El Ministerio de Salud Pública, a través del Departamento de Promoción de Medicamentos para Enfermedades Prioritarias, invirtió RD$120 millones del 2011 a la fecha, para suplir el tratamiento a personas afectadas con hepatitis B y C, y controlar la enfermedad, pues no tienen cura. El presidente de la Sociedad de Gastro, Pascal Núñez, dijo que el tratamiento para controlar la hepatitis dura 48 semanas y ronda los RD$550 mil y RD$600 mil, sin lo que se requiere para los efectos secundarios. Lamenta que las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) no den cobertura a los pacientes afectados con esta condición crónica.

“Las ARS no toman en cuenta que si no dan cobertura a los pacientes con hepatitis, eso podría llevar a las personas a otras enfermedades de alto riesgo, como el cáncer, que sí son cubiertas por las aseguradoras, afirmó el especialista.

Tipos de hepatitis

Hepatitis C.
El 90% de los casos se asocia a transfusiones y tiende a ser crónica.
Hepatitis B.
Puede ser grave, incluso fatal. Se transmite por contacto con sangre contaminada y secreciones seminales.
Hepatitis A.
Es la más frecuente y produce un cuadro leve y se cura por sí misma.
Hepatitis D.
Se presenta principalmente entre los drogadictos.
Hepatitis E. Se transmite a través del agua y su curación es espontánea.

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