Hijos verdugos de sus propios padres

La muerte de padres a manos de sus propios hijos pone al descubierto el deterioro familiar, producto de la descomposición social que impera en la República Dominicana. Con este planteamiento coinciden sociólogos, siquiatra y religioso

La muerte de padres a manos de sus propios hijos pone al descubierto el deterioro familiar, producto de la descomposición social que impera en la República Dominicana. Con este planteamiento coinciden sociólogos, siquiatra y religiosos.Según Daniel Pou, experto en seguridad pública, desde el punto de vista histórico es poco frecuente que ese tipo de violencia intrafamiliar desate en homicidio. Considera que es el resultado de unas relaciones patológicas entre parientes que fueron mal alimentadas con anterioridad. Entiende que esos casos están íntimamente vinculados a problemas mentales de los victimarios y en la gran mayoría de los casos al consumo de drogas y alcohol.

“Cuando pasan esas cosas estamos hablando de una familia disfuncional, de una familia rota, con debilidades en los vínculos, en los afectos, en el apego y la solidaridad”, afirma el presidente de la Sociedad Dominicana de Siquiatría, José Miguel Gómez.

El caso más reciente de parricidio sucedió hace cinco días y fue protagonizado por un menor de 14 años que golpeó con un palo a su padre, Ignacio Polanco, de 52, luego de que éste lo recriminó por haber ido a un río sin que le diera permiso. El hecho ocurrió en la calle Central del sector Altos del Paraíso, en Villa Mella, Santo Domingo Norte.

Pero hace poco más de una semana en Haina, San Cristóbal, una joven también de 14 años mató a pedradas y botellazos a su madre, de 30 años, en complicidad con dos amigas. La joven alegaba estar cansada de los consejos de su progenitora para que terminara una relación amorosa.

El 27 de abril la Policía Nacional informó el apresamiento de un adolescente de 16 años que mató a batazos a un hombre de 58 años, concubino de su abuela, al que habría sorprendido golpeándola. El caso sucedió en el sector Villa Consuelo, en el Distrito Nacional.

El sociólogo Carlos Andújar Percival considera que esos actos “son crímenes terribles. Ya no son hechos aislados, es una conducta social, un mal que se debe a la gran impunidad, iniquidad y pérdida de valores familiares y en las instituciones llamadas a combatir este tipo de hechos”.

Resultan preocupantes los niveles de violencia que se manifiestan en este país y más aún aquellos realizados por adolescentes.

“La mayoría de esos adolescentes tienen trastornos, muchos de ellos han abusado en edades tempranas del alcohol y las drogas, han abandonado la escuela, han entrado a participar en bandas y pandillas y contraído matrimonio a temprana edad”, dice el siquiatra.

Andújar Percival describe la situación como “calamitosa, triste y dolorosa”. Asegura que la nación está cayendo en una situación de “miseria social” y culpa a los padres y a los gobiernos de ello.

Cómplices del deterioro

El sociólogo afirma que los gobiernos, los líderes sociales, la clase política dominicana y las instituciones son cómplices del deterioro moral, de la violencia generalizada y de la realidad en términos de criminalidad que se vive en el país.
“Es bueno reflexionar por y hacia dónde vamos y por qué nosotros hemos llegado a esos niveles”, agrega.

Afirma que el Estado es el principal generador de violencia y que ésta se multiplica en la sociedad. Andújar Percival mantiene la esperanza que los actuales actores políticos, si no lo están, “se pongan a tono con el problema”, que reformulen el tema de los valores, replanteen la inversión en educación y fortalezcan las instituciones para que cada estamento estatal cumpla a cabalidad con sus funciones. Sugiere hacer una profilaxis en el sistema de justicia, recomponer la Policía Nacional y descentralizar el poder.

“Los políticos de ahora yo creo que están conscientes del deterioro social, lo que hay que ver es cuáles medidas ellos plantean y cuáles compromisos asumen para atacar el mal”, refiere Andújar.

Pou también entiende que no hay una estrategia viable. “Si el sistema educativo y el sistema de salud no se comprometen, vamos a tener dentro de unos años una sociedad que va a ser megainmanejable para quien sea (el Presidente) que venga”. Sostiene que el Estado no tiene la estructura necesaria para brindar el auxilio que requiera la sociedad en ese sentido, para conectar y convertirse en un aliado de las familias y que puedan servir de orientadores y mediadores.

El religioso Fidel Lorenzo asegura que hay tiempo todavía para tomar acciones de prevención al respecto. Llamó a los padres a reflexionar como están educando los hijos en estos días.

“La familia tiene que volverse a Dios, aprender a vivir conforme a sus principios e invertir en la fe para que la comunidad pueda ser modelada”, dijo Lorenzo.

Recomendaciones

José Miguel Gómez
Presidente de la Sociedad de Psiquiatría
Llamó al Gobierno a poner a funcionar políticas públicas que sean eficientes y eficaces, invertir más en la familia, en los jóvenes de alto riesgo y en educación, como únicas formas de disminuir los indicadores de violencia. “En la República Dominicana hay un deterioro importante y significativo de la familia, se debe prestar atención a eso”.

Daniel Pou
Experto en seguridad pública
También considera que el sistema educativo es uno de los pilares fundamentales de la política de prevención, articulado a un sistema de salud pública que se encargue de darle seguimiento a los jóvenes que empiezan a mostrar conductas agresivas. No existen programas ni personal capacitado para las políticas de prevención”.

Luis Rosario
Coordinador de la pastoral juvenil
Asegura que cuando la familia está descompuesta se hace muy difícil la educación y orientación a los jóvenes. Ante esa realidad, el religioso entiende que son los gobiernos, a través de las instituciones, quienes deben suplir los elementos necesarios para corregir las fallas y aboga porque se apliquen acciones encaminadas a la prevención antes que la represión.

De ser aprobada, endurecería las penas

El artículo 340 del Código del Menor establece que la privación de libertad para adolescentes que cometan infracciones entre 16 y 18 años, es de uno a cinco años. En noviembre del 2011 la Cámara de Diputados modificó el Código y los cambios al artículo 340 especifican que los adolescentes con edades entre 13 y 15 años podrán ser privados de libertad durante un período entre 1 y 10 años, mientras que entre 16 y poco menos de 18 recibirían hasta 15 años de privación. “Nos ha dejado un poco estupefactos porque anteriormente en República Dominicana la violencia de los hijos en contra de los padres era un tema que no se mencionaba, pero esa es la gran descomposición social que tenemos y las problemáticas del alcohol y drogas”, dijo Marisol Tobal, del departamento de Niños, Niñas y Adolescentes de la Procuraduría.

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