Hipólito y Danilo dominan escenario 12 años después

Hipólito Mejía y Danilo Medina vuelven a ser los protagonistas de la contienda electoral, como ocurrió hace doce años, lo que por un lado, cuestiona la alternabilidad en el sistema político dominicano, pero además

Hipólito Mejía y Danilo Medina vuelven a ser los protagonistas de la contienda electoral, como ocurrió hace doce años, lo que por un lado, cuestiona la alternabilidad en el sistema político dominicano, pero además confirma la fortaleza del bipartidismo, ya que la atención del país político, durante todo el año, giró alrededor de lo que ocurría en los dos principales partidos. Ambos dirigentes fueron electos candidatos en el año que concluye, y habían sido seleccionados en el 1999, aunque este proceso no fue tan fácil para ninguno de ellos, pues tuvieron que enfrentar algunos obstáculos para imponerse en sus respectivas organizaciones.

De hecho, al comenzar el 2011, ninguno parecía seguro. En el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) Mejía tenía que derrotar a un precandidato que controlaba las estructuras de la organización, lo que finalmente logró, en uno de los más espectaculares retornos en la historia política dominicana.

En el caso del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), aunque Danilo se veía como el candidato natural, su proyecto estuvo amenazado; primero por la posibilidad de que Leonel Fernández buscara la reelección por algún mecanismo, y luego por la presentación de la Primera Dama como precandidata.

“Papá” derrota al MVP

Mejía comenzó el año como uno de los siete precandidatos, y las encuestas, como él mismo admitió luego, le otorgaban un porcentaje muy bajo de aceptación. Cinco aspirantes se retiraron antes de la elección, unos para apoyar a Hipólito y otros para respaldar a su oponente Miguel Vargas, que pese a controlar los organismos y los principales puestos de dirección, veía cómo cada vez se reducía su ventaja que en algún momento parecía insalvable.

A ritmo de su slogan “Llegó papá”, el ex mandatario lucía cada vez con más posibilidades pese a que antes fue considerado un “muerto político”. Días antes de las votaciones, cuando solo quedaban como precandidatos él, Vargas y Luis Abinader, éste último se sumó al proyecto del ex gobernante. Sin dudas, un buen movimiento estratégico que tuvo incidencia en los resultados finales.

La convención se realizó sin grandes incidentes el 6 de marzo. Al día siguiente, en un ambiente tenso y pocos minutos después de que Vargas anunciara irregularidades en el proceso, Mejía fue proclamado ganador por el presidente de la Comisión Organizadora, Enmanuel Esquea Guerrero. Sacó cerca del 53% de los votos.

Vargas se resistió a aceptar los resultados y prácticamente se “atrincheró” en la Casa Nacional, donde llegó a impedir la entrada de hipolitistas. Sin embargo, las aguas bajaron a su nivel y el presidente del partido blanco encabezó la convención en que se proclamó a Mejía candidato. Allí pronunció un discurso conciliador y anunció una aministía para perredeístas expulsados, incluyendo a Esquea Guerrero.

Aunque Vargas implícitamente dio su apoyo a la candidatura de Mejía, aún no se integra a la campaña, cuando se acerca el fin del año, lo que provoca preocupación en sectores perredeístas. Esto, pese a que la casi totalidad de miguelistas está en la calle con el candidato.

Ahora “sí fue”

Danilo Medina, desde el principio, parecía marchar con confianza hacia un triunfo seguro a pesar de que algunas señales indicaban que sectores poderosos de su partido podrían hacerle una mala jugada.

En principio, gran parte de la dirigencia promovía la reelección del presidente Fernández, y luego que éste anunciara que no buscaría ningún mecanismo para repostularse, se comenzó a promover por un lado al vicepresidente Rafael Alburquerque, y por el otro, a Margarita Cedeño. Ambos fueron incluidos entre los precandidatos seleccionados por el Comité Central, pero una semana después la Primera Dama “se retiró”.

Posteriormente, también abandonaron la lucha Alburquerque y Franklin Almeyda, por lo que quedaron compitiendo Francisco Domínguez Brito, Radhamés Segura y José Tomás Pérez, quienes entre todos sacaron menos del 13 por ciento de los votos. Medina se impuso con un 87 por ciento.

Medina salió en desventaja en las encuestas, aunque tiene a su favor que no tuvo que unificar a su partido. Si algo le faltaba era vencer la percepción de que no cuenta con el apoyo del Presidente, lo que podría haber sido salvado con su decisión de seleccionar a Margarita como su compañera de boleta.

Este es el segundo match de Medina y Mejía, pero el candidato del PLD proclama que la diferencia ahora es que su partido es más grande y más fuerte, lo que es evidente. También tiene a su favor que puede enrostrar a su rival los efectos de la crisis del 2003-2004, y que a él no necesariamente se le pueden achacar los errores de la gestión de Fernández. Sin embargo, Mejía apuesta a su popularidad, que si no está en sus mejores momentos, por lo menos sí ha llegado a niveles que han sorprendido a muchos. Su victoria en la convención es prueba de ello. La suerte está echada.

PRSC y los chiquitos

El otrora poderoso Partido Reformista Social Cristiano ha estado haciendo un mal papel en este proceso. Aunque a principios de año parecía una fuerza política unificada, sus dirigentes no se han podido poner de acuerdo sobre aspectos fundamentales, como son elegir un candidato o decidir si van o no aliados a las elecciones del 20 de mayo del 2012.

Mientras el tiempo pasa y no hay decisión, algunos dirigentes como Sergia Elena de Séliman y Pedro Bretón anuncian su apoyo al candidato del PRD y otros como Humberto Salazar propugnan abiertamente por una alianza con el PLD. El presidente de los reformistas, Carlos Morales, recibiría poderes para tomar una decisión.

En tanto, la mayoría de los partidos emergentes se han ido sumando a los dos grandes. En esto no ha habido grandes sorpresas, porque tanto el PRD como el PLD parece que recibirán el respaldo de sus aliados tradicionales. Una de las pocas excepciones la constituye la Alianza por la Democracia, que normalmente apoya al partido morado, pero ahora presenta como candidato a Max Puig.

Otros partidos emergentes hablan de la posibilidad de hacer una alianza para presentar una fórmula común. En caso de que así sea, los potenciales candidatos son Guillermo Moreno, Julián Serulle, Ismael Reyes Cruz y Eduardo Estrella. Sin embargo, las encuestas, aunque presentan números distintos, coinciden en un dato: el Presidente, otra vez, será del PLD o del PRD. Por ahora, y no se sabe hasta cuándo, ese es el escenario.

Un inconveniente que empieza a molestar 

La calma que rodeaba a la Junta Central Electoral (JCE) se rompió cuando salió del organismo Miguel Ángel García, no por el hecho en sí, sino por las reacciones que esto produjo. García salió por problemas con Franklin Frías, con quien manejaba de manera conjunta, el Departamento de Informática.

Su renuncia pasó casi desapercibida hasta que Eddy Olivares, miembro de la JCE, emitió su voz de alerta. El candidato del PRD, al principio fue cauto sobre el tema,  luego mostró más que reservas y pidió que también sacaran a Frías a lo que se opone el PLD.

El caso ha ido tornándose en crisis, por lo que ha sido necesaria la intervención de Monseñor Agripino Núñez Collado. En tres encuentros, representantes de ambos partidos han buscado un acuerdo que aun no se logra, a fin de solucionar el conflicto. 

Momentos clave del proceso

Marzo 6
PRD selecciona a Hipólito Mejía como su candidato por tercera vez.

Marzo 27
Fernández anuncia que no buscará repostulación con ningún mecanismo.

Junio 26
Los peledeístas elijen por segunda vez a Danilo Medina como candidato.

Julio 29
En una asamblea, el PRSC decide ir solo a las elecciones.

Noviembre 23
El PRD y el PLD inician diálogo para solucionar el impasse en torno a la JCE.

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