La huella de una voluntad compartida

Construir la pródiga y bien distribuida red vial de que hoy disfrutamos, le tomó a nuestra nación cerca de un siglo. Ahora, todas las ciudades, municipios y parajes son accesibles a través de una malla formada por 5,500 kilómetros de autopistas&#8230

Construir la pródiga y bien distribuida red vial de que hoy disfrutamos, le tomó a nuestra nación cerca de un siglo. Ahora, todas las ciudades, municipios y parajes son accesibles a través de una malla formada por 5,500 kilómetros de autopistas y carreteras, y por 12,700 kilómetros de caminos vecinales y vías rurales. Las carreteras principales, con 1,360 kilómetros de longitud, poseen una configuración radial que parte de Santo Domingo y se ramifica hasta los principales centros urbanos de la nación. Su importancia es tal que cerca de 70% de la carga y más de la mitad de los viajeros que circulan en el país se movilizan sobre estas facilidades. Un 80% de estas vías troncales presenta en la actualidad condiciones físicas entre excelentes y buenas.

Si nos enfocamos en el último decenio, la prioridad del Estado dominicano se ha orientado hacia la ejecución de extensos corredores viales que llegan a los principales centros turísticos del país. Este énfasis en la infraestructura terrestre, de igual manera, ha propiciado el desarrollo de vías que permiten la circunvalación de importantes ciudades (Santo Domingo, Santiago, San Pedro de Macorís, La Romana, Azua); pero también de trayectos para unificación regional y de caminos hasta zonas de auge agrícola e industrial.

Son muchos los ejemplos dignos de citarse. En primer término, disponemos de una amplia autopista de 190 kilómetros que, en apenas dos horas, nos lleva de la capital dominicana a los centros hoteleros de Punta Cana y Bávaro. En conjunto, las instalaciones aledañas a esta carretera reciben anualmente más de tres millones de turistas, y en ellas se cuentan más de 45 mil habitaciones.
Componentes básicos de ese corredor fueron incorporados en los últimos años. Este es el caso de las Circunvalaciones de San Pedro de Macorís y La Romana, y de las Autopistas de San Pedro de Macorís a La Romana y de La Romana a Punta Cana (Autopista del Coral). A modo de complemento, fue construido el Boulevard Turístico del Este (BTE), que vincula el aeropuerto de Punta Cana con los enclaves hoteleros de Cap Cana, Punta Cana, Cabeza de Toro, Bávaro y Uvero Alto.

Con la más clara perspectiva de futuro, se ejecuta en la actualidad un trayecto de 104 kilómetros que ofrecerá continuidad al tráfico del BTE. Desde Uvero Alto, la ruta conduce hasta las playas de Miches y al puerto de transbordo proyectado en Sabana de la Mar. El primer tramo de 72 kilómetros, de Uvero Alto a Miches, fue inaugurado hace algunos meses. Ahora se trabaja, al mismo tiempo, en el último segmento de la carretera y en las obras portuarias. Dentro de poco tiempo, el ferry estará moviendo pasajeros y automóviles entre las dos márgenes de la bahía de Samaná.

Será el caso que los viajeros llegados a Samaná disfrutarán, en este punto, de un atrayente dilema. Por un lado, recorrer el Boulevard Turístico del Norte, que los llevará (en una ruta de naturaleza mágica) hasta las arenas de Portillo, Las Terrenas y Cosón. Del otro lado, la opción será dirigirse a Puerto Plata.
Entonces, sobre una tersa carretera cruzarán entre colinas y aguas azules, en el espacio de exótica belleza de Cabrera, Río San Juan, Cabarete y Sosúa. Hasta llegar al destino: Puerto Plata, villa de traza victoriana, que esconde enredos de corsarios y piratas al pie de la montaña de Isabel de Torre.

Pero no debemos olvidar que también ha estado presente la equidad en esta coyuntura de progreso y de transformaciones. Numerosas obras viales en el sur deprimido del país han motorizado el crecimiento económico de la región. En estos años se construyó la nueva autopista de San Cristóbal a Baní, fue rehabilitado el tramo de la carretera Sánchez entre Baní y Azua, y se concluyó la vía entre San José de Ocoa y el cruce de Ocoa. En la actualidad se ejecutan la Circunvalación de Azua y las carreteras de Azua a Barahona, del k15 de Azua a San Juan de la Maguana, de Padre Las Casas a Bohechío, de Barahona a Enriquillo y Pedernales, de San Juan de la Maguana a Juan de Herrera y la Presa de Sabaneta. Por igual, la finalización del trayecto de montaña entre Piedra Blanca (Bonao) y Rancho Arriba proveerá beneficios a la agricultura tanto como a la conexión entre el Cibao y el Sur.

Resultan numerosas y extensas las obras finalizadas; tantas como las que todavía se encuentran en fase de ejecución. Sería imposible hacer el detalle, y aun el resumirlas, en la brevedad de estos párrafos. En tal caso, apelemos al juicio de terceros, quienes con objetividad podrán medir los resultados del esfuerzo colectivo que hasta aquí hemos tratado de reseñar.

Traeré a escena, con ese objeto, el documento The Global Competitiveness Report 2013-2014, elaborado por el World Economic Forum (WEF). En dicho estudio se investiga la calidad de las carreteras (Quality of roads) de 148 países en el mundo. En su página 433, el estudio indica que el sistema vial dominicano alcanza una puntuación global de 4.2; y que en Iberoamérica sólo es aventajado por Chile (5.4), Panamá (4.8), Ecuador y México (4.6), y El Salvador (4.3). Con puntuación debajo de la nuestra aparecen Nicaragua (3.7), Uruguay (3.5), Guatemala y Bolivia (3.4), Perú (3.3), Argentina (3.1), Honduras (2.9), Brasil (2.8), Costa Rica (2.7), Venezuela y Colombia (2.6), Paraguay (2.5) y Haití (2.2).

Aunque extremadamente honrosos, reconocimientos de tal naturaleza deben incitarnos a una mayor exigencia de progreso, antes que a un regocijo petulante. Y deben servirnos, además, como estímulo para afianzar nuestra creencia en nosotros mismos. Creencia en quienes nos dirigen y creencia en aquellos que, con precariedades, tornan en materia tangible nuestra colectiva quimera cotidiana. Porque, a fin de cuentas, ha de ser de todos la huella de esta voluntad compartida.
___________________________________El presente escrito fue incorporado,
con el rótulo de Firma Invitada, dentro del libro de Memorias de agosto 2013
a febrero 2015 del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones de la
República Dominicana).

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