El huracán Matthew y su paso por Haití (y 2)

El gobierno de Danilo Medina realizó una jugada maestra del ajedrez político internacional, materializando una masiva ayuda polivalente a Haití: humanitaria, de restauración de vías de acceso, alimentos, materiales de construcción y otros.

El gobierno de Danilo Medina realizó una jugada maestra del ajedrez político internacional, materializando una masiva ayuda polivalente a Haití: humanitaria, de restauración de vías de acceso, alimentos, materiales de construcción y otros.

La rápida acción sorprendió a la propia población dominicana y más que nada a la oposición de norte extraviado, al tiempo que asiste a las poblaciones afectadas a este lado de la frontera. Más de 500 camiones con equipos, materiales, cocinas, alimentos y personal humano dieron forma material a la disposición presidencial, comprometida en una urgente reunión con el gobernante provisional haitiano Jocelerme Privet.

En medio de una “pasmada” campaña electoral, el tema del “nacionalismo” aflora como excelente oportunidad y miembros del Parlamento exigen la salida inmediata del contingente militar dominicano, que cruzó la frontera para proteger el valioso convoy criollo, autorizado por el Gobierno de ese país.

Es oportuno diferenciar el sujeto haitiano, contabilizado por el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en más de 175,000 desplazados, de los que rechazan la acción dominicana. Complacidos los “activistas” antidominicanos en su tarea de no tener guardias nuestros en su territorio, ni siquiera en misión humanitaria, pone a pensar que los miles de soldados de la Minustah, presentes desde junio del 2004, no son extranjeros.

El efecto frente al mundo y nuestros detractores, que nos acusan de discrimen, de maltrato y muchos otros calificativos, contra los nacionales haitianos, ha sido una demostración de solidaridad sin precedentes, por segunda vez. Las elites haitianas no desperdiciarán espacio para denostar la ayuda y lo hacen conscientes de que alimentan el sentido de percepción negativa, recurriendo a un nacionalismo que, en esta situación de Haití, no cabe. Se pretende indicar que preparamos una invasión desde territorio dominicano y definirán “razones y motivos” para hacerlo, con ridículos argumentos Le Nouveliste, aprovechará adecuadamente para acarrear leña al fuego que solo ellos mantienen vivo y afectarán, acusándole de traición, la débil posición de un gobierno provisional pegado con “saliva de cotorra”.

Me preocupa la seguridad de los criollos que han ido a trabajar a Haití y que corren peligro claro, ante esa campaña perversa del engranaje político con las elites económicas y de poder, que han mantenido a ese país en las condiciones de pobreza extrema e insalubridad, que parecen salidas de una novela de ficción, más que de la brutal realidad. Corresponde a la ONU y su fuerza militar en Haití, la Minustah, en garantizar la seguridad del personal y equipos dominicanos que en noble gesto atravesaron la frontera, en una hora negra y de dolor de los más pobres de un país paupérrimo, que perdieron todo lo material y quedan al albur de un Gobierno que apenas puede sostenerse a sí mismo. l

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