De viernes a lunes la avenida Iberoamericana se convierte en un lavadero de vehículos improvisado, con una dinámica muy particular.Una extensa hilera de vehículos se forma a todo lo largo de la avenida Iberoamericana y no precisamente por los taponamientos. Desde Los Mameyes, en las inmediaciones del Faro a Colón, hasta el sector Los Tres Ojos en Santo Domingo Este, decenas de jóvenes se sitúan en la vía, ofreciendo sus servicios con motores a presión de agua.
La actividad, aunque rudimentaria, se desarrolla con maquinarias modernas para el lavado a presión de los vehículos como los que se usan en los establecimientos que se dedican exclusivamente al lavado de autos.
Los muchachos alquilan las bombas con las mangueras que disparan el agua a presión por RD$400 al día, mientras que el abastecimiento de agua lo resuelven con camiones cisterna por los que pagan hasta RD$500 y cuyo contenido almacenan ingeniosamente en los filtrantes, tanques y tinacos para realizar sus labores cotidianas.
Gran demanda
La actividad goza de la aceptación de los clientes que se muestran satisfechos con el trabajo que realizan los jóvenes, que en su mayoría no sobrepasan los 18 años.
“Esto es un servicio que los muchachos lo hacen bien, yo entiendo que para que estén desempleados, robando en la calle, es mejor que ocupen su mente en algo positivo”, dice Pedro Carlos, quien se traslada cada domingo desde la comunidad de Guerra para lavar su carro en las proximidades del Faro a Colón.
La tarifa oscila entre RD$125 si se trata de un carro, RD$150 para yipetas y todo terreno y hasta RD$500 cuando se trata de camiones, a los que también le incluyen la limpieza interior. En cada micronegocio se emplean entre cinco y ocho jóvenes, dependiendo de la clientela. Los que cargan las cubetas de agua son menores de edad.
Ocupan un carril de la avenida cerca del Faro
Esta actividad viola la Ley 241 de Tránsito Terrestre que prohíbe la ocupación de la vía pública para la realización de actividades informales. Aún así, Radhamés Núñez prefiere seguir lavando su carro en la calle porque se ahorra el tener que comprar cervezas y picadera, gastos en que incurre cuando acude a un car wash.
“Además, en los car wash se coge más lucha, aquí es más rápido”. Mientras le lavan el vehículo la gente aprovecha para disfrutar de las área verdes y otros ven en la situación la oportunidad para montar pequeños puestos de comida.
