Santiago.-El arzobispado de Santiago, mostró preocupación por la cantidad de suicidios en jóvenes.
Llama a un plan que evite las tragedias que enlutan y marchitan para siempre la alegría de las familias que pierden a un ser querido en estas trágicas circunstancias.
La preocupación está contenida en el editorial del semanario Camino, órgano promovido por el arzobispado de Santiago con motivo del Mes de la Familia en el que plantea redoblar la solidaridad y el acompañamiento a las personas angustiadas y deprimidas.
Entiende que hay que ir trabajando para desterrar las causas que generan tanta desesperación.
“Ahora que se acercan días difíciles en el plano económico, por la inminente reforma fiscal, no permitamos que a ningún dominicano le falte el pan en la mesa y que continúen deteriorándose las condiciones de pobreza en que viven tantos hermanos nuestros”, apunta.
El incremento de suicidios ocurridos en el país en los últimos meses, dice debe llevar a una profunda reflexión, y preguntarse qué está pasando, cuáles factores están incidiendo en este fenómeno social que causa tantas heridas a los familiares de quienes optan por esta fatal decisión.
La Iglesia cree hay que poner atención a la advertencia de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría que ha señalado algunas causas como son: La depresión, el alcoholismo, la drogo-dependencia, desempleo, exclusión social, desesperanza, frustración y separación de parejas, lo que ha llevado que muchos se quite la vida.
En el caso de los niños citan: La falta comunicación, el desafecto, rechazo, exclusión del grupo, depresión, conflictos familiares, influencias negativas y baja autoestima.
Espera que este Mes de la Familia se multiplique los esfuerzos para fortalecer este núcleo esencial de la sociedad, y así poner hogares en donde se respire amor, comprensión y alegría, en lugar de tener techos que parecen pensiones frías y desoladas.
Pide cerrar las puertas a todo intento de terminar con la vida. En Santiago ha sido una de las zonas donde más suicidios se han registrado en los últimos meses. En tres meses, 20 santiaguenses se quitaron la vida.
