Un flamante diputado electo por la provincial Santo Domingo “subió” a la red, a través de una cuenta que abrió en Instagram, una foto suya exhibiéndose con armas de fuego, tal si fuera un clon de Rambo, y varias botellas de vino, las que supuestamente había degustado, y el siguiente y tan llamativo comentario: “Armao, bebío y con cuarto”. ¿Qué les parece? No hay que ser un mago o adivino para presumir “el trabajo legislativo” que ese congresista tiene en mente para llevar a cabo cuando acceda a ocupar una curul en la Cámara Baja a partir del próximo 16 de agosto. Lo grande es que ese flamante “representante del pueblo” se justifica argumentando que no siente haber hecho nada malo porque el arma larga que exhibe en la foto es “simplemente” una escopeta calibre 12, “que no es un arma de guerra”, y alega que “además, aquí todo el mundo tiene una pistola para defenderse” y no ve nada pecaminoso en la exhibición e ingesta de vinos “porque aquí todo el mundo bebe vino”. Paupérrima defensa la de este diputado electo, que proclama por demás, que “no tengo nada de lo que arrepentirme”. Bien se ve que lo que le ha sobrado de torpe con su estúpido exhibicionismo, le falta de neuronas en el cerebro. Y así es que nuestros partidos dicen y proclaman con reiteración que están interesados en institucionalizar la democracia. Vaya usted a creerles…
Nueva Barquita
Como un aporte a la dignificación humana, fue oficialmente inaugurada la primera fase del proyecto La Nueva Barquita, sobre el que hay tantas expectativas. Muy cierto es que los pobres merecen un mejor vivir y que sus gobernantes tienen el deber y la obligación de procurar el alcance de mejores estadios para el hábitat digno de los carenciados y marginados. Pero es buena la ocasión para recordar que los beneficiarios de proyectos de esta naturaleza también están obligados a preservarlos y a vivir en ellos con la educación y el cuidado que demanda una sociedad civilizada. Felicitamos a los agraciados…
