¿Más dinero, más votos?

La elección presidencial de noviembre 2012 en Estados Unidos será bien especial, no solo por encontrarse el país en una crisis económica, en una encrucijada como potencia geopolítica y con altos niveles de desempleo e inequidad que están generando t

La elección presidencial de noviembre 2012 en Estados Unidos será bien especial, no solo por encontrarse el país en una crisis económica, en una encrucijada como potencia geopolítica y con altos niveles de desempleo e inequidad que están generando tensión en la sociedad toda, sino porque los grandes donantes y millonarios tendrán una enorme influencia en los resultados.

Hasta el 2010, las corporaciones no podían donar dinero directamente a los candidatos, sino únicamente los individuos, y éstos tenían claros límites en las cantidades. Pero la Corte Suprema de Justicia cambió ese año las reglas, permitiendo que donaran ilimitadamente a grupos independientes que se denominaron Super PAC (Political Action Committee), que se han convertido en importantes jugadores en los ciclos electorales.

El Super PAC SpeechNow.org, aceptado legalmente en julio del 2010 luego del resultado anunciado por la Corte Suprema en el caso que se llamó SpeechNow.org v. Federal Election Commission, fue el primer Super PAC de la especie política. Estas organizaciones pueden recibir ilimitadas donaciones de corporaciones, sindicatos, asociaciones e individuos, para defender o atacar a un candidato político. Pero no pueden donar dinero directo a los candidatos y tienen que reportar el nombre de los donantes a la Comisión Federal Electoral. Adicionalmente, un Super PAC no puede formalmente coordinar su comunicación ni acciones con la campaña de un político, pero pueden promover publicidad apoyando a candidatos y sus ideas y proyectos. Algo de eso se ha visto ya en la elección Congresional de noviembre 2010, donde grupos como el U.S. Chamber of Commerce, que recaudó más de 31 millones de dólares principalmente para candidatos republicanos, surgieron como fuertes defensores de posturas de derecha e izquierda, gastando más de 65 millones de dólares, de acuerdo a la Comisión Federal Electoral.

En las elecciones de 2010, la mayoría de los Super PAC fueron creados por donantes Republicanos. Luego de la derrota, que resultó en la perdida de su mayoría en la Cámara de Representantes, los demócratas reconocieron el valor y la influencia de los Super PAC y establecieron algunas de estas entidades favoreciendo a su partido. Ejemplos incluyen el House Majority PAC así como el de la AFL-CIO, la asociación sindical más grande del país.

Para este ciclo electoral ya se han registrado más de 150 Super PAC. Los tres principales candidatos tienen uno. Restore Our Future  apoya al candidato presidencial Mitt Romney y ya recaudó 12.2 millones de dólares. Priorities USA, creado por el famoso inversor de Hollywood, fundador de Dreamworks con Steven Spielberg, Jeffrey Katzenberg, ha recaudado aproximadamente 5 millones para apoyar la campaña de reelección del presidente Obama. Y Rick Perry también cuenta con varios en su apoyo, como Make Us Great Again, y Jobs for Florida.

Estas nuevas instituciones están generando preocupación entre activistas en Washington, ya que resaltan que organizaciones no gubernamentales están siendo más bien utilizadas para empujar causas políticas y candidatos sin ningún control ni límite.

Los grandes donantes están permitiendo a grupos independientes intervenir, se han generado innumerables instituciones detrás de ideas, candidatos e ideologías, que probablemente tengan más protagonismo que los propios partidos. Estos Super PAC “servirán como la caballería de los candidatos, permitiéndoles usar un gran micrófono para reforzar sus mensajes”, señaló Michael Beckel, director del Center for Responsive Politics, en Washington. También hay muchos Super PAC que juegan independientemente de los candidatos. Como el grupo de Karl Rove, American Crossroads, que en la campaña congresional del año pasado influyó con 28 millones de dólares.

Ricos donantes de izquierda y derecha tendrán una enorme influencia en la elección de noviembre, donde el ganador tendrá que enfrentarse a crecientes desafíos relacionados con el liderazgo económico y político de Estados Unidos en el mundo. Ojalá las demandas y preocupaciones de los ciudadanos también sean escuchadas.
El autor es director de Blue Star Strategies, Washington DC

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