Indignados, movimiento que cambia el mundo

 
En Túnez salieron a las calles y tomaron plazas y parques bajo la consigna “Karamá”, que en árabe significa “Dignidad”. Misma consigna se oyó luego en Egipto, Libia, y últimamente en Yemen.

 

En Túnez salieron a las calles y tomaron plazas y parques bajo la consigna “Karamá”, que en árabe significa “Dignidad”. Misma consigna se oyó luego en Egipto, Libia, y últimamente en Yemen. En España “Dignidad” fue la consigna que se identificó en La Puerta del Sol. Igual en Francia, Inglaterra, Italia y Estados Unidos, hasta alcanzar 179 ciudades de 83 países.

No son el “fantasma” que a  finales de 1893, en la introducción del “Manifiesto del Partido Comunista”, Carlos Marx y Federico Engels anunciaban que recorría el mundo. Los indignados son un movimiento espontáneamente organizado identificado con  la “Generación Ni-Ni” que toman calles y plazas en una protesta global contra un capitalismo salvaje que solo deja frustración, pobreza y exclusión social.

Pero no es un movimiento propio de los “Ni-Ni” (Ni tengo-Ni valgo). También va más allá del proletariado inspirado en el Manifiesto, de los ecologistas, de las ideologías. Toca a todos, al punto que Carlos Slim, el hombre más rico del mundo y dueño de casi todo, dijo en una entrevista que probablemente estemos ante la presencia del principio del fin del capitalismo y sus paradigmas tal y como se conoce hasta ahora.

Los medios occidentales llamaron al movimiento iniciado en Túnez la “Primavera Árabe” evocando las reformas al socialismo soviético conocidas como “La Primavera de Praga”, impulsadas en Checoslovaquia por Alexander Dub?ek bajo la consigna de “socialismo con rostro humano”, y que fueron aplastadas cuando el 20 de agosto de 1968 las tropas de la entonces poderosa Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas ocuparon las calles de la emblemática ciudad del Este de Europa.

En Occidente, los indignados comenzaron protestando por las abismales desigualdades sociales y económicas existentes. Pronto los medios comenzaron a llamarlos vagos, drogadictos, vándalos y hasta piojosos, argumento usado por la policía de Nueva York para desalojar del parque Zuccotti, en el distrito financiero, a los activistas de Ocupa Wall Street

Ni tengo-Ni valgo

Los códigos de valores de la sociedad de consumo presuponen que la persona vale lo que está en capacidad de consumir, por lo tanto si nada tiene, nada vale. Es el dilema de la llamada Generación Ni-Ni (Ni tengo, Ni valgo), que parece darse cuenta que los valores en que forjaron sus vidas son reproductores de pobreza.

En principio los indignados eran mayormente jóvenes, hombres y mujeres cuyas edades máximas rondaba los 35 años, que se habían pasado la vida pensando en el éxito y el bienestar que le garantiza el sistema, pero que de repente se miran ante la realidad de que nada tiene y que por lo tanto los sueños construidos en base a la posibilidad de acumular unos dineros imposibles le estrellan en la cara el hecho cierto de que nada valen, lo que ha desencadenado en una indignación colectiva ante la frustración de saber que al no tener nada para la sociedad de consumo no existen y por lo tanto no cuentan.

Dimensión global

Las protestas contra la crisis y la finanza global adquirieron en octubre una dimensión planetaria, llevando a las calles a cientos de miles de personas en 179 ciudades de 82 países bajo la consigna “Pueblos del mundo, levantaos” y “Sal a la calle, crea un nuevo mundo”. Se estima que dejaron pérdidas en alrededor de US$7,000 millones.

Para el profesor Sami Naïr, autor del libro “La lección tunecina”, la “Primavera Árabe” y los “Indignados” de Occidente, tienen en común la lucha contra la pobreza, los grandes capitales y la corrupción global generalizada. “He ahí su alcance y uno de los porqués de su dimensión planetaria”, dijo a entrevista concedida a elCaribe.

¿Hacia dónde van los indignados?

A diferencia del Manifiesto Comunista, que estaba dirigido exclusivamente al proletariado, el llamado a indignarse toca las fibras más sensibles del ser humano. El movimiento incluye a gente de todas las edades, países, razas, religiones y estratos sociales.

Independientemente de las interpretaciones que puedan dársele al movimiento, lo cierto es que estamos ante un despertar universal de cara a las desigualdades existentes, y que estaremos en presencia de grandes confrontaciones que han de desembocar en cambios sociales y políticos significativos, pues ya nada será igual. l

 

¡Indígnate!, el libro de Stéphane Hessel 

 

Se ha planteado que la explosión de los indignados se debió a la extraordinaria influencia de Stéphane Hessel, un ideólogo de la resistencia francesa contra la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, que ante la situación de desigualdad, racismo y futuro incierto de las mayorías en Europa escribió el ensayo “Indignez Vous!”, en el cual hace un llamado a la juventud de Francia a remover los cimientos de la sociedad, asumiendo los postulados por los que miles de hombres y mujeres dieron sus vidas en pos de construir una sociedad libre, justa e igualitaria.

“¡Tomad el relevo, indignaos! Los responsables políticos, económicos, intelectuales y el conjunto de la sociedad no deben renunciar, ni dejarse impresionar por la actual dictadura internacional de los mercados financieros que amenaza la paz y la democracia”, plantea el veterano a sus 93 años.

 

“Delecha”Dominique Telemaque es un cineasta haitiano que participó en el Festival del Minuto Anticorrupción con el cortometraje Delecha, que en sus propias palabras es así como los haitianos pronuncian el vocablo derecha. Ganó el trofeo Polón Muñoz y un premio material, sin contar toda la simpatía que está conquistando. Delecha está al alcance de un click en youtube.com y/o en la página web www.minutoanticorrupcion.do junto a otros cortometrajes de dicho festival.Si hay algo que expresa la naturaleza de un cine, en este caso un “cine dominicano” es Delecha, que en 75 segundos muestra narrativa cinematográfica y desarrollo temático. De forma ácida y humorístico, muestra la preocupante realidad que se vive en la JCE y Migración: funcionarios corruptos dominicanos que corrompen a haitianos que quieren residir en este país, como también con igual derecho lo quieren hacer millones de dominicanos en Europa y EE.UU. Desde que inicia asistimos a una obra maestra; todo en el filme está puesto con maestría de cineasta experimentado: guión, dirección, actuación, musicalización, encuadres, ritmo, suspense, humor, gracia, lenguaje, montaje, edición y hasta el final con los créditos… hasta en los créditos este guionista y director haitiano utiliza su imaginación y plasma con mano de maestro su concepción y talento artístico. No voy a decir que promete ser un gran cineasta, ya lo es porque tiene la intuición y la honestidad como artista y como ser humano para ser lo que él quiera y en el plano que quiera dentro del cine. Uso creativo del lenguaje cinematográfico con el tema propuesto y la potencialidad de uso en actividades didáctico-pedagógicas es la pista esencial para que cada quien y como lo considere use a su discreción este maravilloso cortometraje que, si no hubiese existido el festival del minuto anticorrupción con todos sus patrocinadores, hoy no lo tuviéramos para el debate de algo tan sensible y sin lo cual no se existe como ciudadano: la cédula de identificación personal. l Etzel Báez HHHHH Elenco: Carasaf Sánchez y Dominique Telemaque.

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